Daniel Sancho lleva algo más de 2 semanas en la prisión de Surat Thani, centro penitenciario al que le enviaron tras sentenciarle a cadena perpetua por asesinar a Edwin Arrieta en agosto de 2023.
Aunque este nuevo centro podría no ser definitivo ya que sus abogados están apelando, lo cierto es que lo más probable es que el joven chef tenga que pasar mucho tiempo allí, una cárcel muy diferente de donde había estado hasta ahora.
Antes de la sentencia el hijo de Rodolfo Sancho estuvo retenido en la prisión de Koh Samui, un centro con muchos más privilegios y ambiente internacional.
La cárcel de ahora está más masificada al albergar a más de 5.000 presos, la mayoría tailandeses. Dentro del módulo en el que se encuentra todos son tailandeses salvo él y otro preso de Austria. Según los expertos en la materia, esta cárcel es mucho más dura y peligrosa y aquí se le han acabado los lujos.
Pero para hacer su estancia algo más llevadera Daniel Sancho ha hecho llegar una lista de 'deseos' al Consulado de España en Bangkok para intentar que se los envíen a la cárcel.
Deporte e idiomas, su principal estímulo
Según ha informado 'El Confidencial' citando a fuentes del caso, Sancho ha demandado los siguientes objetos:
- 6 pares de guantes de boxeo
- Un protector bucal
- Protectores de pecho y espinillas
- Un libro en inglés para aprender tailandés
- Tapones para los oídos
La lista da a entender que el joven quiere mantenerse en forma y seguir haciendo deporte, como el Muay Tai, deporte tradicional del país.
Pero según ha explicado al mencionado medio Javier Casado, director de la Fundación +34, va a tener difícil que accedan a esos caprichos, pues el personal de las cárceles tailandesas "no quieren discriminaciones" y considera difícil que pueda meter esa ropa "salvo que la comparta con sus compañeros".
Casado ha detallado que compartir es algo fundamental para sobrevivir en estas prisiones.
"No eres más importante por poder gastar más que nadie en la cantina, sino por repartir parte de tu dinero entre los que no tienen nada, que suelen ser muchos. Lo habitual es que si tienes 100 euros para gastar en una semana y te ingresan otros 100, la mitad de ese segundo ingreso sea endosado a alguien sin recursos. A su vez, es vital invitar a cafés, el producto estrella en las cárceles tailandesas, para, por ejemplo, poder dormir en los lugares menos incómodos de las celdas. Al final, invitando a cafés accedes a ventajas", ha advertido.
Sobre el resto de peticiones, las ha considerado más habituales. Los tapones para los oídos es una de las más demandadas por los presos ya que hay mucho ruido y a algunos les puede costar dormir.
Y sobre los libros para aprender tailandés, también cree que es algo necesario, pues sin conocer la lengua local vivirá muchas dificultades tanto con los presos como con el personal de prisiones.
Sobre quién sufraga estos caprichos si es que finalmente acceden a permitirlos, destacar que no es el Gobierno español.
El Consulado solo media con las instituciones penitenciarias tailandesas para intentar que la petición salga adelante. Después tendrá que ser su familia quien los entregue o sufrague.
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