En la actualidad es posible asegurar prácticamente de todo, incluso parte de las personas físicas, como los glúteos de Kim Kardashian, que los aseguró por varios millones de dólares; o la lengua de Miley Cyrus, que también está asegurada.
Con un seguro se intenta cubrir la rotura, desaparición o desperfecto de un bien o producto ante las circunstancias recogidas en las coberturas.
Además de los típicos seguros como el de coche, hogar o salud; existen también seguros para las producciones agrículas que gestionan los agricultores.
Una póliza que ha cobrado ahora más importancia que nunca y el número de seguros agrículas se ha disparado.
En septiembre se inicia el plazo para suscribir el seguro de importantes producciones agrícolas, como los cultivos herbáceos extensivos, el olivar o los frutos secos, a través de los módulos que incluyen las opciones de aseguramiento más amplias.
Se trata de un momento clave para garantizar la protección de la cosecha 2025 frente a los riesgos meteorológicos más severos, como la sequía, el pedrisco o las heladas, que han estado muy presentes en las últimas campañas.
Como han recordado desde 'Agroseguro', se ha abierto el plazo para las principales cosechas de la nueva temporada.
Seguro para cultivos herbáceos
Para los cultivos herbáceos, se abre el periodo para asegurar la cosecha 2025 de producciones tan relevantes como el trigo, la cebada, la avena, el centeno, el arroz, el girasol, el maíz, el garbanzo, la lenteja o la judía, entre otras, a través de los módulos 1 y 2 en secano, que incluyen los riesgos de sequía, asurado, pedrisco, no nascencia, no implantación, incendio o fauna entre sus coberturas.
En la última década, la sequía ha sido uno de los riesgos de mayor incidencia sobre estos cultivos, registrándose de forma cada vez más recurrente y dañina.
Campaña récord de indemnizaciones
En 2023, la sequía generalizada elevó las indemnizaciones en herbáceos hasta su máximo histórico de 475 millones de euros. Y para 2024, pese a que las precipitaciones han sido más frecuentes, la estimación sobrepasa los 110 millones, cifra superior a la media del periodo 2017-2022.
Esta tendencia ha provocado un crecimiento claro del aseguramiento en la campaña 2023 (cosecha 2024).
Las pólizas contratadas en otoño –las de cobertura más completa, incluyendo sequía– rebasaron los 3,5 millones de hectáreas (+12%), y el capital asegurado se incrementó en alrededor de un 10%, y sobrepasó los 2.800 millones de euros.
Sumando lo contratado en la primavera (los seguros para el pedrisco), la superficie superó las 4,7 millones de hectáreas (un 12% más); la producción creció en un 31%, hasta las 18 millones de toneladas aseguradas; y el capital asegurado se incrementó en un 26%, alcanzando 4.244 millones de euros.
Seguro para olivar y frutos secos
En el caso del olivar, los módulos de otoño (módulos 1 y 2) ofrecen protección frente a daños por sequía, pedrisco, lluvia, helada, viento o incendio, entre otros riesgos, y permiten contratar 2 cosechas consecutivas, con el cálculo de las indemnizaciones de manera independiente para cada campaña.
Entre las principales novedades para la próxima campaña, se han revisado al alza (de media, un 10%) los precios de la aceituna, lo que se traduce en una mayor indemnización en caso de siniestro.
En septiembre también comienza el plazo para suscribir el seguro de frutos secos (almendro y avellano) frente a los riesgos de pedrisco, helada, sequía y riesgos excepcionales (lluvia, inundaciones, incendios o viento), así como el seguro para las producciones de níspero, castaño, higuera, kiwi y endrino.
Dados los numerosos cambios en la climatología, cada vez más adversa y destructiva, disponer de un seguro agrícula es importante para no quedarse sin ninguna ganancia o con pérdidas sustanciales.