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Margarita María Alacoque
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Margarita María Alacoque (Foto: Ideogram/DC)

Hoy es Santa Margarita María Alacoque (16 de octubre): quién fue esta santa

miércoles 16 de octubre de 2024, 08:28h

Hoy, 16 de octubre, se celebra el día de Santa Margarita María Alacoque según el santoral católico. ¿Quién era este personaje y por qué fue santificada?

Fue una monja católica francesa que perteneció a la Orden de la Visitación de Santa María, conocida por haber recibido las famosas apariciones del Sagrado Corazón de Jesús en la actual Basílica del Sagrado Corazón.

Vida y obra

Nacida el 22 de julio de 1647 en la pequeña localidad francesa de Hautecour, en el municipio de Verosvres, cercano a Paray-le-Monial, Margarita María Alacoque fue bautizada el 25 de julio de ese mismo año. Era la quinta de 7 hermanos. Tras la muerte de su padre en diciembre de 1655, Margarita fue ingresada en un internado dirigido por las religiosas clarisas, iniciando una vida marcada por el sufrimiento.

Durante 4 años, Margarita padeció una grave enfermedad que la mantuvo postrada en cama. Según su propio testimonio, fue curada de manera milagrosa gracias a la intercesión de la Virgen María.

A pesar de las dificultades que tuvo para convencer a sus familiares sobre su vocación religiosa, finalmente logró ingresar en el monasterio de la Visitación de Paray-le-Monial el 20 de junio de 1671, cumpliendo así su deseo de unirse a la Orden de las Visitandinas.

El 27 de diciembre de 1673, durante la festividad de San Juan Evangelista, y con 25 años de edad, Margarita María tuvo su primera visión de Jesucristo mientras adoraba el Santísimo Sacramento. Estas experiencias místicas continuaron durante los 2 años siguientes, ocurriendo cada primer viernes de mes.

En 1675, durante la octava misa del Corpus Christi, Jesús se le apareció nuevamente, esta vez mostrando su corazón abierto. Señalando su corazón con la mano, exclamó: "He aquí el corazón que ha amado tanto a los hombres, que no se ha ahorrado nada, hasta extinguirse y consumarse para demostrarles su amor. Y en reconocimiento no recibo de la mayoría sino ingratitud". Además, añadió: "Mi Divino Corazón está tan apasionado de Amor a los hombres, en particular hacia ti, que, no pudiendo contener en él las llamas de su ardiente caridad, es menester que las derrame valiéndose de ti y se manifieste a ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo".

Según el relato de Margarita, el Corazón de Jesús estaba rodeado de llamas, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre, y con una cruz emergiendo de su interior.

Después de estas visiones, Margarita María se distinguió en su comunidad por su fervor ante el Santísimo Sacramento y por su estricta obediencia a las normas del convento. A pesar de ello, no fue exenta de sufrimientos. En una ocasión, fue asignada a la enfermería, donde tuvo que soportar duras pruebas, ya que la encargada de ese servicio no estaba satisfecha con su trabajo, aunque ella ponía todo su esfuerzo en las tareas más arduas.

A pesar de estos obstáculos, Margarita María era un ejemplo de devoción y mortificación. Incluso en la despensa del convento, ella misma se servía porciones de alimentos que jamás habría ofrecido a otras personas, y realizaba actos de humildad y sacrificio, como recoger los restos de pan caídos al suelo para hacer sopa con ellos, algo que sorprendió a sus compañeras.

Sin embargo, no todas sus hermanas veían con buenos ojos su fervor religioso. Sus superiores consideraban su misticismo como un exceso que no encajaba con el espíritu de la Orden de la Visitación. Durante un tiempo, esto puso en duda su continuidad en la congregación, hasta que fue puesta bajo la guía espiritual del jesuita san Claudio de la Colombière, quien la ayudó a superar estos momentos difíciles.

Hacia el final de su vida, Margarita fue nombrada maestra de novicias, y para entonces la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que ella había promovido, ya empezaba a extenderse, incluso entre aquellos que antes se habían mostrado escépticos. Falleció a los 43 años.

En 1824, el papa León XII la declaró venerable, y en 1864, Pío IX la beatificó. Finalmente, en 1920, Benedicto XV la canonizó como santa.

Sus restos descansan en el altar de la Capilla de la Basílica de Paray-le-Monial, un lugar de veneración para numerosos fieles. Su festividad litúrgica, en el rito romano de la Iglesia católica, se celebra el 16 de octubre, aunque antes de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II se conmemoraba el 17 de octubre.

16 de octubre: también es su santoral hoy

Otros santos que se conmemoran hoy son:

  • Santa Eduvigis
  • San Gerardo Mayela
  • San Anastasio de Pamiers
  • San Beltrán de Comminges
  • Santa Bonita de Brioude
  • San Elifio de Toul
  • San Galo de Arbona
  • San Gauderico de Mirepoix
  • San Longinos soldado
  • San Lulo de Hersfeld
  • San Mumolno de Noyon
  • San Rodolfo de Gubbio
  • San Vidal de Retz
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