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Perera muletea a su manera al primero de sus toros.
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Perera muletea a su manera al primero de sus toros. (Foto: Plaza1)

San Isidro: el petardo ganadero de El Parralejo condicionó una plúmbea tarde de silencio

miércoles 15 de mayo de 2024, 22:25h
‘Tiempo de silencio’, la extraordinaria novela de Luis Martín-Santos que revolucionó la narrativa española hace más de seis décadas, se ajusta al resumen de la tarde. Una corrida que no cuidó, precisamente en su día festivo de este 15 de mayo, el santo patrón madrileño. Claro que, como es lógico, él no es culpable de nada, y sí el elemento esencial de la tauromaquia: el toro. Porque un petardo de los gordos pegó la anunciada divisa de El Parralejo, encaste Domecq, tan del gusto de las figuras. Ya que, al margen de su desigual presencia, ni bravura ni casta ni fuerza ni ‘na’. O sea, un ridículo. Un petardo que en poco va a perjudicar a Miguel Ángel Perera y a Paco Ureña, con sus respectivas campañas 2024 planificadas, aparte de que aún les restan más paseíllos en el abono. Pero sí al toricantano Alejandro Fermín, un coletudo de buen corte necesitado de un rotundo éxito en Las Ventas.

El caso es que el extremeño de Cáceres apuntó buenos detalles en general junto a alguna suerte de buen trazo muletero con el de la ceremonia, que pronto se rajó. Y ya casi ni eso le permitió el que cerró una función plomiza, que dentro de la nobleza general de él y sus hermanos pegaba trallazos a la defensiva. Eso sí, en el día más importante de su carrera, Fermín quedó prácticamente inédito. Su único borrón, quizás como venganza a los de su lote, fue el pésimo uso de la espada en ambos.

Claro que en esta importante cuestión no se quedaron atrás los veteranos y experimentados Perera y Ureña, con lo que en toda la tarde no hubo ni una buena estocada, que tiene demérito la cosa. El padrino de la confirmación intentó sacar agua de sendos pozos secos de casta y hasta inició su faena al cuarto de hinojos en el platillo con cierto mérito. Y luego, ya en pie, como en el anterior, aplicó su tauromaquia ventajista y abusando del pico de la muleta, poniéndose tan pesado que antes de entrar a matar -mal también, claro- sonaron sendos avisos.

En este aspecto de la suerte suprema no le anduvo a la zaga Ureña, que sólo dejó para el recuerdo el inicio de su faena a su primero, con unos bellos ayudados por alto y una monumental trincherilla. Después, con este y con el quinto, también intentó la misión imposible de lucirse. De modo que el tiempo fue de silencio toda la tarde y, lo que es peor, de aburrimiento. A ver si San Isidro se saca la espina el próximo año.

FICHA

Toros de EL PARRALEJO, serios en general excepto el más terciado 3º. Mansos, descastados, sosos y flojos. MIGUEL ÁNGEL PERERA: silencio tras aviso; silencio tras aviso. PACO UREÑA: silencio; silencio. ALEJANDRO FERMÍN, que confirmaba alternativa: silencio tras aviso; silencio tras aviso. Plaza de Las Ventas, 15 de mayo.5ª de Feria. Casi lleno (22.351 espectadores, según la empresa).

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