Desde la Ermita de San Cipriano, el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, ha vuelto a dar la nota. Nunca mejor dicho, porque ha felicitado de nuevo las fiestas navideñas cantando un villancico con un grupo local de música tradicional.
Al finalizar el villancico, llevó una anchoa del Cantábrico al Niño Jesús, que lloraba en el belen viviente, a sus espaldas...
- Así lo ha compartido en sus redes sociales: