Hoy el BCE celebra su primera reunión tras el Brexit, pero no se esperan grandes cambios en la política monetaria en la zona euro. Lo más probable es que el BCE, al igual que hizo el Banco de Inglaterra la semana pasada, opte por esperar a disponer de más información para tomar nuevas decisiones. Ayer el Banco de Inglaterra señalaba que aún no ha visto señales claras de una fuerte desaceleración económica tras la decisión de Reino Unido de abandonar la UE, lo que a su vez plantea algunos interrogantes sobre la magnitud de las actuaciones que pueda realizar el BoE en su próxima reunión del 4 de agosto. El FMI, que el martes publicó una revisión de las previsiones de crecimiento globales como consecuencia de la mayor incertidumbre del proceso de salida del Reino Unido de la UE, también señaló que es demasiado pronto para poder hacer una estimación de sus efectos, aunque señaló que es un factor que añade una mayor incertidumbre económica. El efecto Brexit centrará gran parte de la reunión y de la rueda de prensa del Presidente del BCE, pero seguramente sus miembros también analizarán la situación del sistema bancario europeo, centrándose especialmente en Italia, en un momento en el que el Gobierno está negociando con la Comisión Europea la posibilidad de apoyar financieramente al sector bancario y no poner en peligro la estabilidad financiera de Italia y del resto de la eurozona.