Público de todas las edades disfrutaron con el cantante jienense
El incombustible Raphael puso a arder de pasión el Liceo de Barcelona
jueves 03 de octubre de 2024, 16:39h
Los últimos años la cita era en el Palau Sant Jordi, y en este recién estrenado Otoño, Raphael eligió como lugar el prestigioso Liceo de Barcelona, que se llenó por completo en cada uno de los dos recitales (29 y 30 de Octubre) El maestro jienense tiene un público incondicional: da igual cuál sera el escenario, incluso para los que viajan desde otras partes de España. Saben lo que les va a dar, lo que va a cantar, y se establece una corriente eléctrica entre público y escenario, que hace se te olviden las penurias durante dos horas, que es lo que duró el concierto. Raphael desgranó las canciones de su repertorio, que sus seguidores no le perdonarían obviar: “Yo soy aquel”, “Digan lo que digan”, “En carne viva” (es en la que imprime la mayor carga dramática). Y en algunos momentos, apareció por la enorme pantalla detrás del artista, imágenes de los países que ha recorrido a lo largo de su trayectoria.
Le acompañó una extraordinaria orquesta, compuesta por 12 músicos: guitarra, batería, piano, e incluso comba (además de un coro de chicas jóvenes). Y es que el de Jaén se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos, por eso podían verse gente de todas las edades en la platea ¡y cinco pisos que tiene el enorme y bello marco del Liceo!. Los éxitos de Raphael van pasando de generación en generación, de ahí que sus incondicionales se saben de memoria las letras, y disfrutan de la peculiar interpretación, y una voz que a sus 83 años, está en su mejor momento. Un caso poco usual en la historia de la música…
Novedad
Hubo en dos horas de recital, lugar para nuevas piezas, que siempre sorprenden, como el tema titulado “Niño”, u otro cuya estrofa más sorprendente es “Te voy a matar...”. Introdujo estilos, como el flamenco, el bolero, y solos con el acompañamiento únicamente de una guitarra :“Gracias a la vida” y “Amor de mis amores” (de Chavela Vargas). La emoción se desbordó, y este que escribe hasta se emocionó, cuando interpretó la canción de Rocío Jurado (fueron grandes amigos): “Se nos rompió el amor”.
Raphael introdujo la ciudad de Barcelona en alguna canción, y prometió volver a esta ciudad “donde nunca dejaré de venir”. Como resumen, y en términos taurinos, podría decirse que armó un lío, y la gente salió contenta y bailando, en una noche de agradable temperatura en la Ciudad Condal.