El presidente catalán, Carles Puigdemont, acudió ayer a Copenhague para la inauguración de la nueva 'embajada' catalana.
Los diarios destacan que a la inauguración no asistió ningún representante político destacado, sólo dos funcionarios de segundo nivel del Ministerio de Exteriores.
Puigdemont dijo que el 1-O se deberá elegir "entre mantener el statu quo de una autonomía vacía de contenido o declarar la independencia" ante "la evidencia de que el Gobierno español se ha negado contundentemente a ofrecer otra alternativa".
El ministro del Interior, Alfonso Dastis, dijo que el rechazo de Dinamarca a recibir al presidente catalán es "la confirmación de que los secesionismos, las rupturas de países, no van a ningún sitio".