El primer ministro belga, Charles Michel, fijó ayer la posición de su Gobierno sobre la crisis catalana al asegurar que el "interlocutor" de Bélgica es "el Gobierno de Madrid" y consideró que el ex president catalán Carles Puigdemont es "un ciudadano europeo que debe responder de sus actos, con sus derechos y obligaciones, sin privilegios".
"Hay una crisis política en España, no en Bélgica. Aquí estamos en una cuestión judicial, no es y no será una cuestión de Gobierno", dijo en el Parlamento, donde se discutía la posición del Ejecutivo ante la crisis catalana.
Desde España, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, apuntó: "Comparto con Charles Michel, mi único interlocutor en Bélgica, el respeto al Estado de derecho y a la independencia de jueces belgas y españoles".
Por otro lado, el Parlamento regional de Flandes rechazó una moción presentada por el partido ultraderechista flamenco Vlaams Belang para reconocer la independencia de Cataluña.