En realidad, asistimos a un reparto de patadas bajo la mesa en la que todos niegan lo evidente. En Castilla-La Mancha quitaban esta mañana trascendencia “nacional” desde Podemos y en Extremadura aseguran que no han roto ningún pacto porque no existía.
O, mejor dicho, no sirvió para nada porque el ‘pacto de la corrala’ se lo cargó José Antonio Monago al prometer a Guillermo Fernández Vara la abstención del PP en su investidura. No le hicieron falta los seis votos de Podemos, pero la realidad es que ahí estaban. Es decir, que lo que le ha dicho al PSOE esta tarde en Badajoz es que no cuente con ellos si les vuelve a necesitar.
Cosa que, de momento, para seguir siendo justo con la verdad, no le ha hecho falta al barón socialista, que debe sus presupuestos al PP, como recuerda Podemos Extremadura en su cuenta de twitter. Así que estamos ante una ‘no-noticia’ pese al tuit de Susana Díaz. Como en Toledo, otra escena de ‘falsas apariencias’.
Ahora las apuestas se centran en adivinar qué pasará con Javier Lambán en Aragón, donde el pacto con Podemos va mucho más lejos. El presidente socialista que también se ha destacado en las críticas a Sánchez tiene, sin embargo, la suerte de que su interlocutor es Pablo Echenique, un referente del partido morado que se lo pensará bien antes de participar en la poco refinada operación de rescate del líder socialista.