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Bocados en honra y prez de la Almudena

viernes 08 de noviembre de 2024, 11:28h
Virgen de la Almudena en el momento de su aparición y en la actualidad
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Virgen de la Almudena en el momento de su aparición y en la actualidad

La Virgen de la Almudena, es la Patrona de Madrid, la Principal, porque hay otras, incluso más antiguas, como la Virgen de Atocha, patrona desde los tiempos de Carlos V, y a la que los reyes presentan a sus hijos casi recién nacidos, incluidas Leonor y Sofía en 2006 y 2007. También es patrona la Madona de Madrid, aunque esta nunca fue popular ni puede ser visitada, al estar en la zona de clausura del madrileño Nuevo Convento de Santo Domingo, algo que no sucede con la Virgen de la Paloma, que no es oficial pero sí enormemente popular. A mayor gloria, la Virgen de la Almudena no solo solo la Patrona Principal desde 1977 por nombramiento del Papa Pablo VI, sino que por añadidura lo es de la Archidiócesis de Madrid.

Es difícil determinar el origen de la efigie, aunque las primeras noticias refieren que fue tallada por el rico fariseo Nicodemo y pintada por Lucas Evangelista, para que el Apóstol Santiago la trajera desde Jerusalén consigo y en compaña de su discípulo Calocero.

La leyenda cuenta que, en el siglo VIII, los habitantes cristianos del enclave escondieron la imagen en la muralla perimetral de lo que luego sería Madrid, para evitar que fuera robada por los invasores musulmanes llegados en 711, quienes finalmente hicieron suya la plaza otorgándole el nombre de Mayrit. Pero en 1083 se produjo la reconquista de la villa por parte de las tropas cristianas de Alfonso VI, rey de Castilla, León y Galicia, quien inmediatamente mandó buscar la talla, aunque sin éxito.

Mayrit en la eěpoca en la que el Cid lanceaba torosParece que para rendir Mayrit, contó con la ayuda del Rodrigo Díaz, el Cid Campeador, que conocía los puntos flacos y descuidados de la ciudad por haber toreado en ella a caballo y de riguroso incógnito, aunque, según Leandro Fernández de Moratín fue reconocido por la cristiana esclava Aldara: "...ese doncel que ufano/ tanto asombro viene a dar/ a todo el pueblo africano,/ es Rodrigo de Vivar,/ el soberbio castellano”. Un momento, entre la historia y la leyenda, que Francisco de Goya tuvo a bien dejar grabado en aguatinta bruñida al escoplo en 1814 en los aguafuertes de la serie Tauromaquia.

Por extraño que hoy nos pueda parecer, la participación de cristianos en fiestas de moros y viceversa fue algo muy común durante la ocupación musulmana, como prueba el poema Los siete infantes de Lara, donde se dice que a la boda de doña Lambra en Burgos fueron invitados caballeros musulmanes procedentes de Córdoba y Toledo.

Sea como fuere, Alfonso VI, tras conquistar Toledo, hasta entonces en manos del emir Al-Q’adir, volvió sobre sus pasos para persistir en la cristiana búsqueda. Así, el 9 de noviembre de 1085, durante una procesión para poder localizar esta talla en la Cuesta de la Vega, se cayó uno de los cubos o torreones del muro y allí apareció la Virgen, en una hornacina y con las dos velas con las que había sido tapiada aún encendidas. A la figura icónica se le dio el nombre de Almudena, como derivación de la voz árabe al-mudayna o ciudadela, que a su vez es diminutivo de madina, o ciudad.

Sin embargo, no parece muy probable que hubiese alguna población en lo que hoy es el centro de Madrid antes de la conquista musulmana, pero de lo que no cabe duda es de que en aquella época no había cercado o baluarte donde esconder cosa alguna, puesto que la primera muralla madrileña fue levantada por el emir Muhammed I en el 865.

El caso es que fuera cuál fuera su origen y aparición, a la Almudena se le atribuyen distintos milagros y prodigios. Los primeros, ambos en el siglo XII, fueron, el famosísimo del pozo en el que cayó Illán, el hijo de San Isidro y Santa María de la Cabeza, padres acongojados que le rezaron con fervor para que las aguas subieran milagrosamente y le sacaran a flote, y otro cuando el Mayrit reconquistado fue asediado por tropas musulmanas; momento en el que la Virgen obró el milagro de producir trigo sin tasa en el interior de su templo, con el que los defensores pudieron burlar el hambre y resistir hasta que los sitiadores decidieron retirarse.

Mucho después, en el siglo XVI, la Virgen consistió en parar un diluvio que amenazaba con dejar anegada la villa. En la centuria posterior, la Almudena intercedió para apagar un pavoroso incendio que estaba arrasando todas las edificaciones de la Plaza Mayor. También en ese tiempo la Virgen decidió que artista alguno pudiera reproducir su sonrisa, en lo que se empeñó denodadamente Isabel Clara Eugenia, la hija de Felipe II y muy devota de la Virgen, cuando, tras ser nombrada soberana de los Países Bajos españoles, el Franco Condado de Borgoña, y el Charolais, tras el matrimonio con su primo hermano el archiduque Alberto de Austria, nieto de Carlos V, se empeñó, sin éxito, en que en sus posesiones hubiera una imagen fidedigna de la Almudena.

Corona de la AlmudenaEn 1978 los pasteleros madrileños realizaron un concurso para crear un dulce en honor a la patrona de la ciudad y también de su gremio. Elaboraron algo que recordara a la aureola que lleva la imagen de la Virgen de la Catedral de Santa María de la Almudena, y la llamaron Corona de la Almudena. Pero, a decir verdad, además de que se parece demasiado a un roscón de Reyes, aunque sin esencia de azahar ni fruta escarchada, no tiene la historia de otras golosinas castizas como la torrija, las rosquillas del Santo, los barquillos, los buñuelos de viento, los panecillos de san Antón o las rosquillas de Alcalá.

Más allá de este improvisado dulce con escaso pedigrí, el restaurante madrileño La Fonda de la Confianza, una de las pocas verités de la oferta condumiaria madrileña, ha dado un paso más allá, incluyendo en su carta del mes de noviembre un plato muy popular entre la nobleza del tiempo en el que se realizó la conquista y el hallazgo. Consideran sus mentores que no es aventurado suponer que Alfonso VI y lo más florido de su séquito celebraran el Lomo de ciervo en adoboacontecimiento con un banquete en el que seguramente tuvo un especial protagonismo el Lomo de ciervo en adobo, una fórmula culinaria que aparece referenciada en los recetarios renacentistas aunque de origen medieval y que tiene como base una pieza de caza mayor, producto de temporada, que habría sido cazada en alguna de las formaciones boscosas naturales que rodeaban Mayrit, compuestas por bosques mixtos o núcleos adehesados de encinares, rebollares, quejigares, alcornocales, robledales y enebrales. Además, por aquel entonces su cata y disfrute era privilegio del rey, los nobles, los ricohombres, los infanzones y los caballeros, que, en número ignorado, se sentaron en aquella hipotética mesa festiva.

En su memoria y ante bocado tan noble, se hará sentir la presencia de los espíritus de Ada de Getafe, Zahara de Alcorcón, Jarifa de Almonacid, y Fátima, la preciosa hija del mudéjar y alcadí general Ali de Bellví, que dice la leyenda formaron parte del público que se acercó al coso urbano para ver torear a caballo al Cid Campeador. Entre ellas, dice Fernández de Moratín, sonó un rumor placentero: “No habrá mejor caballero en el mundo entero, y algunos le llaman Cid”.

El viernes 8 de noviembre, Telemadrid, emitirá, a las 22: 50 h. el documental La Almudena. Patrona y Castiza.

Miguel Ángel Almodóvar

Sociólogo y comunicador. Investigador en el CSIC y el CIEMAT. Autor de 21 libros de historia, nutrición y gastronomía. Profesor de sociología en el Grado de Criminología.

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