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¿Parlamento para qué?

viernes 20 de septiembre de 2024, 11:03h

Tanto se ha arrimado el cántaro a la fuente que ha acabado por contaminarse. El cántaro es Sánchez, su fuente de inspiración el mismísimo Francisco Franco, ese hombre con el que lleva soñando lustros y que tantos parabienes y salidas por la puerta grande le ha proporcionado. Díganme, si no, si estas palabras no podrían atribuírsele al hombre que gobernó España con mano de hierro durante cuatro décadas: "Vamos a avanzar con determinación, con o sin apoyo de la oposición, con o sin concurso del poder Legislativo". Pues no, señoras y señores, las palabras las pronunció Pedro Sánchez a principios de este mismo mes de septiembre en el Comité Federal del PSOE celebrado en su sede en Madrid. Y lo peor ni siquiera fue eso, sino el respaldo unánime que obtuvieron esas palabras entre los componentes del máximo órgano de gobierno entre congresos del partido gobernante.

¿Hay posibilidad de un desprecio mayor al órgano constitucional de representación de todos los españoles? Ni siquiera un presidente puede aliviarse entre los suyos en un momento tan adverso como el que está atravesando, con un turbio futuro para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), por segundo año consecutivo, con unos socios de gobierno que no desaprovechan oportunidad alguna para seguir marcando distancias con Sánchez, con un Junts desairado porque su líder ni siquiera roza la prometida amnistía y, con un PP en pie de guerra electoral a quién cada vez le resulta más difícil encontrar posibilidad alguna de pacto sobre los grandes temas de estado (sanidad, educación, vivienda, defensa, economía….).

Con este panorama es sabido que el presidente se revuelve como animal herido frente a la adversidad y recurre nuevamente al ataque y a las cortinas de humo como mejor fórmula para una buena defensa, así es que en el Consejo de ministros del martes pasado se aprobó ya la amenaza (plan de ‘Regeneración Democrática’), que blandió hace dos meses, en pleno recrudecimiento de noticias sobre el presunto tráfico de influencias de Begoña Gómez –su mujer-, desde el mismo Palacio de la Moncloa. Es decir, que el plan de intimidación a los medios críticos ya está aquí. Pero, amigo, otra vez hay que verse en el Parlamento y ya veremos en qué queda lo que para unos es una necesidad y para otros una intimidación en toda regla.

No basta con la mera apariencia de separación de poderes. En una democracia esa separación debe de ser cotidiana, efectiva y eficazmente amparada por una constitución refrendada por los ciudadanos, como es el caso de la Constitución de 1978. De no ser así podría caerse en lo que en tiempos de Franco -vuelve la burra al trigo-, también se llamaba democracia, pero se le añadía también el adjetivo “orgánica” para definir una suerte de democracia singular, autóctona, franquista, que al final concentraba en las manos del dictador todos los poderes del estado.

Si no es este el camino que quiere transitar Pedro, se le parece mucho. Desde luego las palabras que el secretario general del PSOE y presidente del gobierno pronunció en la última reunión del Comité Federal de su partido, no llaman precisamente a la tranquilidad sino todo lo contrario, a la inquietud, al recelo y a la preocupación por una deriva que se apartaría indiscutiblemente de los cauces democráticos. Porque un gobierno democrático no puede entenderse al margen del poder legislativo. Y tampoco una democracia es posible sin un poder judicial autónomo y sin las constantes intervenciones y presiones del gobierno.

A ver si ahora va a resultar que aquí el coco no está en la extrema derecha, en la cacareada fachosfera, sino en el mismo corazón del Palacio de la Moncloa.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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