Hasta final de 2024, y aunque a ritmo distinto, tanto la Reserva Federal como el BCE acumulaban un recorte de tipos desde el fin de ciclo alcista de 100 puntos básicos. La semana pasada, en la que ambos celebraron su primera reunión de 2025, se abrió una brecha sin perspectivas inmediatas de cierre. Los europeos anunciaron un nuevo recorte y dejaron el camino trazado para seguir esa senda, y los norteamericanos consideraron que, con el recorte ya implementado, el ritmo de crecimiento actual, y el desconocimiento de cuáles serán las políticas de la nueva administración y sus consecuencias, está justificado mantenerlos en el rango actual 4.25-4.50%.
LA BRECHA
Siendo ambos los eventos regulares más importantes en la consideración de los mercados respecto a que comprar y que vender, el impacto fue modesto. Quizá porque para ser el primer mes del año, ya ha habido suficiente volatilidad, tanto por eventos previstos como imprevistos, y al fin y al cabo, la inflación ha vuelto a niveles tolerables, los mercados laborales no envían señales de advertencia dignos de preocupación, el mundo está haciendo frente a unos tipos de interés más altos mejor de lo que nadie esperaba, y el término recesión se ha ido muy abajo en las estadísticas de presencia en los artículos sobre economía y en los informes de los analistas.
¿Podría esta brecha que se abre entre los tipos de interés a uno y otro lado del Atlántico ser solo un primer paso de algo más que podamos considerar poco o nada descontado en los actuales precios de mercado? Curiosamente, aquello a lo que más se temía, la política arancelaria y la subsiguiente guerra comercial, tiene el efecto de ampliar tanto los riesgos de cola, que hasta el más optimista tiene que contemplar el riesgo de equivocarse, y lo mismo ocurre con el pesimista, de modo que en lo que descuentan los actuales precios de los activos más líquidos e importantes, hay un poco de todas las posibles visiones y el riesgo de ser cogidos por sorpresa exige de que acontezca algo verdaderamente desconocido.
DEEPSEEK
Lo más cercano a algo de este tipo que hemos tenido en enero es la aparición de DeepSeek. Algo capaz de provocar una destrucción en capitalización bursátil por un importe cercano a los 1,3 billones de dólares, merece consideración y fuerza a replantearse algunos de los principios que se consideraban más sólidos respecto a inversiones y estrategias. ¿Realmente resulta un desafío al liderazgo tecnológico de los Estados Unidos? ¿Afecta lo suficiente a las estrategias de inversión basadas en la ingente cantidad de recursos monetarios y energéticos que precisa la Inteligencia Artificial? Según sea la respuesta a estas preguntas, podría alterarse en mucho la base sobre la que descansan las convicciones actuales. La necesidad de crecer para poder reducir, siquiera relativamente, el enorme stock de deuda en un mundo en el que la amenaza demográfica ya afecta en tiempo presente, las mejoras de productividad son la pieza necesaria para completar el puzle, y la IA, la clave para desarrollarla. Los riesgos de cola, ya amplios, se ensanchan. Porque la deuda es el primer y mayor problema que, según el Banco Internacional de Pagos, afronta el mundo, su precio, o su inversa, los tipos de interés de largo plazo, contienen mucha información a interpretar. También la divisa, pero eso es más un resultante. Las perspectivas aparentan buenas, sobre todo si tenemos una versión pragmática de la administración Trump. Entonces, la brecha de tipos no será suficiente para que el dólar tenga que pasar mucho tiempo por debajo de la paridad.
Consejero Delegado del Grupo Omega Financial Partners. Es economista, MBA por la IE Bussiness School y en Estrategia Internacional por la London Business School. Formado en el Chicago Mercantil Exchange, es experto en Options Risk Management por O´Connell & Piper de Chicago. Conferenciante y profesor de derivados financieros y divisas en diversos programas Master. Además, dirige los Comités de Riesgo de compañías de múltiples sectores de actividad, siendo miembro de varios Consejos de Administración. Ha sido contertulio habitual de emisoras de radio, miembro del equipo editorial de diversos diarios