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Macron en Marruecos

martes 22 de octubre de 2024, 19:47h

Paris pretende escenificar la reconciliación con Rabat al más alto nivel con el presidente Emmanuel Macron y sus ministros cargados de inversiones con crédito francés para recuperar peso político y buenos negocios, y reconocer la colaboración de los servicios de inteligencia marroquíes para la celebración sin problemas de los Juegos Olímpicos en París, el pasado verano.

Francia y Marruecos preparan la próxima visita oficial del presidente galo, Emmanuel Macron, a Rabat. Un viaje que va a servir para cerrar el período de desavenencias que han mantenido ambos gobiernos durante casi dos años a raíz de una serie de enfrentamientos en asuntos delicados, entre otros, como la concesión de visados, la influencia económica-comercial en países africanos y las acusaciones de espionaje en el móvil del propio Macron. Anteriormente, la intención fallida de un juez francés, por denuncia de una ONG, de detener en París al responsable del servicio secreto marroquí provocó la ruptura de la colaboración en seguridad y lucha antiterrorista. La evolución de los problemas entre los dos gobiernos llevó al cambio del idioma francés por el inglés en el sistema de educación marroquí. La realidad es que en Marruecos ha crecido mayoritariamente los recelos contra una actitud arrogante y soberbia de la habitual grandeur gala que rebosó muchos vasos en los últimos años. Además del inglés, otro cambio fundamental se ha dado en los últimos cuatro años en que España es el primer socio comercial de Marruecos por delante de Francia. Em estos últimos tiempos, el sentimiento de rechazo a todo lo francés se ha registrado en países del norte de África y del Sahel donde han sido expulsadas las tropas francesas que colaboraban desde hacía años en la formación del Ejército de Mali y Burkina Fasso para luchar contra grupos terroristas y de crimen organizado. La aparición del grupo paramilitar ruso Wagner propició golpes de estado en estos países que mantienen ahora el respaldo de Moscú.

El caso es que el gobierno Macron se convenció por la fuerza de los hechos y de la realidad que era tarea urgente recomponer las relaciones con Marruecos, en lugar de privilegiar las de Argelia, gobierno con influencia militar también alineado con Putin. Las razones del cambio son políticas para evitar más pérdida de peso e influencia en el continente africano, de imprescindible colaboración en materia de seguridad y lucha antiterrorista que se demostró para garantizar el normal desarrollo de los Juegos Olímpicos de París y ahora por elevados intereses económicos y comerciales. Macron va a realizar una visita a Marruecos acompañado de casi 20.000 millones de euros para firmar acuerdos muy relevantes en sectores como las infraestructuras, la ampliación de la red del tren de alta velocidad, las energías, la industria, el turismo, en fin, contratos en sectores clave y con una clave fundamental: con crédito francés para respaldar todas estas operaciones e inversiones que precisa el proceso de desarrollo y modernización marroquí emprendido por el rey Mohamed VI desde su llegada al trono hace 25 años. Eso sí, el 30 de julio pasado, Macron envió una carta a Mohamed VI donde reconocía sin ambages la soberanía de Marruecos en el Sáhara. La apuesta francesa por Marruecos es clara y contundente y ha incluido la promoción en el seno de la Unión Europea de una declaración del Consejo de los 27 jefes de Estado y de Gobierno reconociendo el gran valor de Marruecos para la UE, pocos días después de que el Tribunal de Justicia europeo enulara los acuerdos comerciales con Marruecos por incluir productos procedentes del Sahara, sin que la situación legal internacional de este territorio se haya solucionado y Naciones Unidas lo admita como provincias del sur de Marruecos. Un proceso que se está moviendo en las últimas semanas y que puede presentar novedades para lograr una solución definitiva con la autonomía del Sáhara bajo soberanía marroquí después de casi 50 años de contienda.

De momento, la propuesta de Staffan de Mistura, enviado especial para el Sáhara del secretario general de Naciones Unidas, de realizar una partición del territorio ha movido alguna pieza del tablero pero es consciente de que es inaceptable a todas luces para Rabat. Tanto Marruecos como el Polisario han rechazado de entrada la propuesta pero hay indicios de que pueda posibilitar movimientos en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU con intención de forzar una solución negociada, pacífica y definitiva al conflicto con la negociación correspondiente.

Javier Fernández Arribas

Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.

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