Hace unos tres meses que la RTVE fue presionada desde las alturas políticas a contratar a David Broncano, un cómico con estampa de maleante que cumplía su trabajo en una televisión privada, con cierto regocijo de un público joven y maleducado. Se le hizo una oferta millonaria y le regalaron el espacio estelar tras el telediario de la noche donde era posible captar la mayor audiencia por simple inercia.
La pretensión era competir con otro programa de una cadena privada, “El Hormiguero” de Pablo Motos, cuyo éxito disgustaba a la familia gobernante. No obstante “El Hormiguero” continuó con sus máximas audiencias y “La Revuelta” de Broncano no encontró la audiencia esperada porque el público de las nueve está preferentemente formado por familias estructuradas, niños y jubilados. El público de “La Revuelta” es de una juventud que abarrota las discotecas con porteros que no dejan pasar a gentes con la mala pinta de Broncano o cuando no están desgraciadamente extraviados en el veneno de la droga.
David Broncano asumió un papel paralelo por la baja al de su protector que intenta denigrar a la magistratura para defenderse de una justicia independiente. A él le corresponde denigrar a la Policía Nacional para debilitar la fuerza de la legalidad en la calle frente a la chusma. Él, con su compañera gordezuela, sus zapatillas y su bombo pintado con los colores de la bandera española es la expresión zafia de un progresismo zurdo.
Parece muy dudosa la expansión exitosa del carísimo programa de Broncano ante un público también hastiado de su vulgaridad pero sus mecenas han decidido regalarle entonar las campanadas de Fin de Año desde la tribuna de mayor eco nacional e internacional: la Puerta del Sol. Acompañado de su gordezuela pareja disfrutará del más brillante escenario de la noche madrileña, frente a la sede de la Comunidad Madrileña, como una burla a Isabel Díaz Ayuso, señora oficial del edificio a que pertenece el campanario del tin-tan. Una presencia que, hasta las vísperas del 2025 se otorgaba a figuras consagradas del mundo del espectáculo o de la profesionalidad televisiva. Que la sociedad se deje intoxicar tan pasivamente por cómicos comprados con dinero público es un misterio. Como también es un misterio la estabilidad del sanchismo durante 2024.
Con la exposición “Urbi et Orbe” de Broncano en la Puerta del Sol, Pedro Sánchez demuestra no tener otro rostro decente para anunciar un próspero y feliz año 2025. La Televisión Pública ocupada por sus mamelucos es la clave de su equilibrio que no solo consiste en la aniquilación de la separación del Poder Judicial sino en la invasión de los espacios televisivos.
Broncano y su regordeta pareja van a parecer los dos muñecos de una tarta nupcial paleta. Unos muñecos comprados como si fueran de oro. Pero son como unos viejos aniñados que tocan el bombo y exhiben sus grasas. No son ni feos ni guapos y no se ve de que pie cojean. Son un icono hortera del sanchismo y eso es suficiente para que tengamos a Broncano hasta en la sopa. Esperemos que se lave las manos antes de enseñarnos a tragar las doce uvas de la suerte. ¡Feliz Año!