Mientras la agenda informativa lanza un tsunami de noticias sobre el redeferendum catalán, ayer se quemaban, cosas del destino, los juzgados de Valencia, y ¡Oh, casualidad!, con la alarma desconectada. Y es que, habiendo amenaza de referendum, ¿A quién le puede interesar que se juzgue la corrupción cuando lo que esté en juego es nada menos que la unidad de España? Hazte Oír, a quien el ministerio del interior sigue manteniendo como "entidad de utilidad pública", quiere lanzar, nada menos, que un referendum de españolidad, para la misma fecha, el 1 de octubre, y es que, al final, la gran pregunta que vamos a tener que hacernos, es qué significa ser español.
Para un elenco no menor de "muy españoles y mucho españoles" pareciera que España es el ensalzamiento de la caspa como antesala cutre del fascismo de postguerra, eso sí, dándose golpes en el pecho mientras pronuncian la palabra democracia... Ahí es nada el señor Arsuaga, presidente de Hazte Oír, pidiendo la participación de todos los españoles en el futuro de Cataluña mientras lanza campañas homófobas desde su organización. Porque sobre Cataluña, tenemos que decidir todos los españoles, pero sobre el género de nuestros hijos, por lo visto, tiene que decidir el señor Arsuaga. Podía haber ido Arsuaga, a explicarle a Gran Bretaña, que sobre el Brexit, tenía que votar toda Europa, o a Escocia, que sobre su referendum, tenía que votar toda Gran Bretaña, y ya puestos, que en Estados Unidos, debería poder votar todo el planeta, visto el impacto que tienen sus políticas sobre los demás.
Mientras las fuerzas del orden registran imprentas en una suerte de estampa nostálgica de los años dorados de "muy españoles y mucho españoles", los del 3% se rasgan las vestiduras invocando la sacrosanta democracia, que al parecer, no podía aplicarse cuando en 2011 ellos, que mandaban, cerraron más de 40 servicios de salud en Cataluña.
Y mientras tanto, en las sagradas instituciones del reino, se trabaja a destajo no para recuperar 40.078 millones de euros de nuestro dinero, (sí, suyo, y mío) que según Banco de España se quedará la banca, ni para agilizar los casos de corrupción política que asolan los juzgados (los que quedan sin quemar), sino para impedir el "desafío soberanista" ya que como todo español de bien sabe, mantener la unidad de España es la cúspide de la españolidad, lo de que nos metan mano en la cartera, por lo visto, es ya, folclore popular.