Madrid no se puede permitir perder el tren del aprendizaje porque de lo contrario estaremos abocados al fracaso y pagaremos caras las consecuencias. Y de todo esto hemos conversado y debatido hoy con la plana mayor de la educación madrileña con el consejero Ossorio a la cabeza, con rectores de universidades, directores de colegios, expertos en FP, estudiantes madrileños, docentes y empresarios en las VI Jornadas de Educación organizadas por Madridiario.
Algunas conclusiones como que la formación ha dejado de ser una ocupación que se concentra en unas etapas de la vida para ser una actividad que nos debe acompañar de manera permanente, han quedado claras y salen como apuesta básica. Si queremos mantener nuestros niveles de empleabilidad y competitividad no hay duda de que, cuando terminamos la educación secundaria o la terciaria, el aprendizaje no acaba ahí, y se convierte en permanente.
Cito a una auténtica gurú de la educación de nuestro Madrid, Nieves Segovia, presidenta de la Institución Educativa SEK, que ha definido la universidad como “una compañera de viaje en un aprendizaje responsable y de compromiso a lo largo de toda la vida”
Y recuerdo a aquel profesor de Harvard que hiló muy fino apuntando como “una buena educación cambia lo que sabes,una mejor educación cambia lo que piensas y una gran educación cambia lo que eres”
Con la formación continua y el aprendizaje permanente. Es mucho lo que está en juego. De la capacidad que tengamos de dar respuesta a esta realidad va a depender nuestro bienestar inmediato, la competitividad de la región y la posibilidad de incrementar la justicia social, el tren del aprendizaje no lo podemos perder.