Estamos ante las leyes más importantes del año en Madrid, los presupuestos.
En paralelo a la recién presentada en el Congreso y parece que con bien por la ministra Montero, que recabará hasta el apoyo de Bildu; la puerta del Consejero de Hacienda, Lasquetty, se torna ahora cuasi giratoria a juzgar por las demandas de las distintas consejerías del gobierno regional y sobre todo por el cúmulo de necesidades urgentes de ser cubiertas.
El Consejero de transportes, Ángel Garrido, en expansivo, nos ponía la miel en los labios de la inversión con una nueva rebaja del 25 % del abono para mayores de 65 o la simplificación de las tarifas del transporte pasando por los próximos tramos de metro Madrid automatizados tras muchos años de sequía inversora. Y en el otro vértice la socia de investidura Rocío Monasterio, advertía que si quieren presupuestos les compren cositas de su programa electoral y sobre todo recorten gastos.
Y es que Vox se sabe fundamental para no perpetuar los presupuestos de Cristina Cifuentes, aún prorrogados por Ayuso, como pasa de momento con los nacionales de Montoro y así permitir que las inversiones europeas que afectan a Madrid salgan adelante en tiempo y forma.
Y tres manzanas más abajo, en Cibeles, el ayuntamiento capitalino presentaba sus presupuestos. Mas de 5.000 millones para recuperar Madrid de la pandemia, con rebajas fiscales y aumento de inversión. Saldrán adelante si absorben por completo la ejecución de las medidas consensuadas y recogidas en los “acuerdos de la Villa”. Almeida y Villacís respiran hoy más tranquilos. Los madrileños también.