La canción de Rosalía encajaría como fondo de estas claves, porque en efecto, “malamente” iremos si la práctica totalidad de los representantes políticos madrileños, tienen que mostrar su rechazo a lo ocurrido este lunes, 8 de marzo, donde el mural feminista de Ciudad Lineal y objeto de tantas controversias hace apenas un mes, amanecía este 8M completamente vandalizado con pintura negra, tachando los rostros de mujeres que han hecho historia para todos.
Malamente si alguien, sea colectivo feminista o sindicato de clase, pone en duda que la decisión del delegado del Gobierno en Madrid José Manuel Franco de no autorizar manifestación alguna responde a la más absoluta sensatez, como ratifican de urgencia los tribunales y acata la propia ministra de Igualdad, Irene Montero.
Malamente si a reglón seguido, la misma ministra insiste en defender la existencia de una campaña de criminalización del movimiento feminista en la que la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es su “gran vocera”.
Malamente si Ayuso no es capaz de empatizar siquiera con aquellas feministas que desde dentro de Podemos, cuestionan la “Ley Trans” o la de “sí es sí” pidiendo que les escuche su propia ministra.
Malamente si según un estudio de 'Club Malasmadres', una de cada cuatro mujeres, ha renunciado a todo o parte de su trabajo para poder conciliar, para cuidar de su hijo o hija, en situaciones como las cuarentenas preventivas.
Malamente si la pandemia no dejara ya nunca recuperar el 8 de marzo como un día de reivindicación desmarcado de la pandemia del coronavirus. Así, en Madrid, donde la Delegación de Gobierno ha prohibido las concentraciones este año, seguro que próximo año, el 2022 ya no predominarán los eventos online y los balcones morados. De lo contrario malamente.