Ni Maquiavelo habría dibujado un escenario similar para la batalla de mayo por Madrid. Ganar Madrid ya era la joya de la corona política, pero ahora se convierte en el “ser o no ser” de varias formaciones políticas y por extensión pone patas arriba cualquier escenario previsible. Iglesias lo sabe, Sánchez y Casado también. Incluso Arrimadas y Errejón.
¡No va más! o quizá sí. En estos momentos quién sabe. Si para Ayuso esto es un “doble o nada”, para Iglesias es otra operación de alto riesgo. Evitar la posible desaparición de Unidas Podemos en la Comunidad de Madrid, le obliga a convertirse en “cabeza de ratón” a sabiendas que a los madrileños de nacimiento, como es el caso de ambos contendientes por PP y UP, se les conoce como “gatos”.
El apodo viene de la supuesta hazaña de un valiente soldado de las tropas de Alfonso VI que tras varios intentos fallidos por conquistar Mayrit, el actual Madrid, escaló en solitario la muralla musulmana y posibilitó en 1085 la conquista. Así le apodaron gato, y a su familia y a los nacidos en Madrid desde entonces.
La tan ansiada unidad de la izquierda en esta conquista de Madrid podría llegar por lo tanto de mano de un valiente “gato escalador” llamado Iglesias que habrá de ser muy consciente que parte en la carrera como cabeza de ratón frente a la gentil “gata” Ayuso. Y habrá que ver cuantas de las siete vidas gatunas se dejarán ambos en la cita del 4 de mayo.