Ni madrileñismo ni madrileñofobia. Niego la mayor. Madrid tiene una identidad tan abierta en todos los sentidos que encuadrarlo en un sentimiento identitario se me antoja imposible. Cierto que Madrid capital y su comunidad tienen tradiciones e historia suficientemente ilustrada como para generar elementos distintivos y diferenciadores de otras regiones o comunidades autónomas. En Madrid sin embargo no cabe el sentimiento nacionalista, simplemente porque no existe. El intento de crearlo además, sería un fracaso. Hay tantos sentimientos contrapuestos que conforman nuestro Madrid, como madrileños. Seas nacido en la Comunidad o fuera de ella, nadie, nunca se ha sentido extraño en Madrid.
La supuesta madrileñofobia es otra etiqueta perversa producto de la historia de turno. Antes se hablaba de centralismo y de cómo la capital del Reino de España mandaba sobre el futuro de la construcción de las ciudades o comunidades mas próximas por favoritismo de Carlos III a Franco, pasando por el gobierno de Sánchez. Esa madrileñofobia se alimenta tanto que a veces provoca la supuesta necesidad de crear una afección madrileño nacionalista que nos aísle del resto de España. ¡Error!¡Craso error! Madrid es tolerancia y solidaridad a prueba de bombas. Las dificultades históricas de las pestes a las guerras, el terrorismo o las pandemias han curtido una sociedad envidiable. Como apuntaba Sabina a veces ciertamente invivible, pero desde luego insustituible.
Vivir en Madrid supone escuchar que vamos a una elecciones a la madrileña, cuando en realidad vamos a unas elecciones tan en clave nacional, que se han desmadrileñizado hasta el infinito y más allá. Entre necesidades de elegir que si fascismo o comunismo, que si galgos que si podencos, solo cabe destacar una realidad emanada en campaña con más fuerza si cabe que se traduce en un vivir a la madrileña. Pero esto es tan válido como vivir a la andaluza o a la francesa, es decir producto de la libertad individual. Vivir en Madrid es un lujo que no necesita de exaltaciones nacionalistas innecesarias.