www.diariocritico.com
Íñigo Errejón
Ampliar
Íñigo Errejón (Foto: MDO)

Errejón, "impopular opinión"

martes 29 de octubre de 2024, 18:58h

A Íñigo Errejón le pregunté hace años cómo hacer para que una estructura horizontal donde todo el mundo importa y cuenta lo mismo pudiera encajar en el esquema piramidal que exige la institución. Era la presentación del libro 'Un caos bonito' de Francisco Jurado, ex compañero de DRY (del nodo de Sevilla). Errejón no contestó, metió la cabeza entre los brazos mientras negaba mirando al suelo como quien ve ante sí su peor pesadilla. La cosa venía de atrás, de aquella asamblea en Leganés a la que vino para explicar los resultados de Más País en las elecciones de 2019. A Errejón le debo una disculpa, aunque no me apetezca mucho dársela ahora. En aquella ocasión, en Leganés, le espeté que habiendo montado un partido escisión era normal que la otra parte tirase contra él, pero que en el fondo de los líderes fundadores de Podemos estaba ese poso de querer colocarse sin ceder un milímetro de liderazgo, y que para mantenerlo cuando vio el suyo amenazado, montó su partido. La disculpa es por el adoquín lanzado en forma de reproche. No se puede acusar a la gente que está en política de hacer política (supongo) por más que quisiéramos que la política fuera otra cosa.

El gran problema de la izquierda surgida a raíz del 15-M ha sido el hiperliderazgo. Aunque históricamente la humanidad ha necesitado la construcción de héroes y villanos que encarnen sus pasiones en virtudes y defectos y sirvan para construir relatos con los que dar sentido a procesos y estructuras sociales, la divinización o demonización de las personas mediáticamente expuestas lleva siempre a la deshumanización, bien por atribuirles un exceso de virtud, bien por atribuirles una excesiva ausencia de la misma. Ser humano es ser virtud y defecto al mismo tiempo, y muchas veces, por las mismas causas.

¿Alguien ha visto a la derecha convocar alguna manifestación por los derechos de la mujer a raíz del caso Errejón? Por más que al levantar el paño de virtud queden expuestas las vergüenzas de un Pope divinizado, tal vez no sean iguales un partido que lleva en su ideario poner recursos contra el machismo que uno que los quita.

No hay nada en todo este caso que no produzca dentera. La carta de dimisión en plan "soy un juguete roto, tratadme con cariño", el auto de fe posterior, los golpes de pecho entonando cánticos de pureza, los señalamientos de unos a otros y el libro de Fallarás. Es todo un ecosistema devorándose a sí mismo.

Tener sexo con alguien sin consentimiento es delito. Tener sexo con otra persona e ignorar a esa persona después, no lo es, por más que pueda ser éticamente sancionable, como no lo es si tras unas prácticas consentidas te sientes mal. Otra cosa es que hayas pedido parar y no hayan parado. Constantemente, todos los días, hay personas manteniendo relaciones sexuales para llenar vacíos emocionales que se sienten más vacías cuando descubren que sólo era sexo, de la misma manera que hay personas fingiendo ser lo que no son para poder acostarse con otras personas. Por supuesto, la sociedad es mejor cuando las personas en sus relaciones se preocupan de que todas las partes se sientan bien y peor cuando para sentirte bien tú necesitas hacer sentir mal a los demás, pero que algo sea éticamente sancionable no lo convierte en delito.

El torrente de moralina vertido estos días en las redes sociales disfrazado de feminismo es ruborizante. El feminismo era, entre otras cosas, que una mujer tuviera libertad sexual exactamente igual que han tenido históricamente los hombres. La libertad sexual implica ser dueña/o de tu cuerpo, decidir libremente si quieres hacer algo o no quieres hacerlo y que nadie te señale por ello. Acostarte con quien quieras estés casada/o o soltera/o, practicar BDSM, los juegos de roles, el fetichismo, etc, no son delito. El feminismo es que una mujer pueda practicarlo igual que un hombre, desmontar los roles históricamente asumidos por la masculinidad y feminidad y poder practicarlos indistintamente con libertad y sin señalamientos, no censurar su práctica.

Se me generan toda suerte de sentimientos enfrentados con el libro de Fallarás. No hay nada ilegal en ello, pero visto desde fuera, es un poco como prometer afecto para conseguir sexo, o como prometer nuevas formas de política para reproducir los mismos vicios de siempre, o criticar a la casta para poder serlo... Dar altavoz a realidades deliberadamente invisibilizadas es tocar el dolor de la sociedad y ayuda (creo) a mejorarla, pero hacerse una imagen de marca personal con ello para dotar de fondos tu propia asociación lo llena de contradicciones por más que haya quien se niegue a verlo.

No quisiera terminar estas líneas sin tocar la salud mental. Los problemas de salud mental recorren la sociedad entera como un sistema nervioso defectuoso. Todos los que leen estas líneas conocen a alguien que necesita o ha necesitado psicofármacos. Hay un poco de eso en toda esta historia. Un poco de cómo construimos el éxito y los peajes que pagamos para alcanzarlo. Un poco de lo que exigimos a los demás y a nosotros mismos. Un poco de la necesidad de entendernos como humanos y la forma en que nos relacionamos unos con otros. Errejón fue la primera persona en hablar de salud mental en el congreso mientras la derecha se reía de él. En lo malo, habrá más Errejones, estoy seguro de ello, abusando de su posición o dando imagen de ejemplaridad en una doble vida llena de sombras -piensen en todos los casos de abusos sexuales cometidos por beatíficas personas que pregonaban la ejemplaridad desde el púlpito- y en lo bueno de su discurso (aunque él no cumpla) también los habrá. El problema de la izquierda no es Errejón, el gran problema de la izquierda es cómo encajar una estructura horizontal en un esquema piramidal y evitar los personalismos.

Carlos Paredes

Analista político

Fue portavoz de Democracia Real Ya (DRY, 2011-2012) colaborando en la aparición del movimiento 15-M. Fue presidente de Ecopolítica (2020-2021) y ha tenido presencia como invitado y tertuliano, en 'El programa de Ana Rosa' (Telecinco), 'Las mañanas de Cuatro' (Cuatro TV), '13 TV', 'Los Desayunos de TVE', 'El Objetivo' y 'La sexta noche' (La Sexta)... En 2011 fue portada de las revistas 'Tiempo' y 'Pronto' como portavoz de DRY, además de contar con apariciones en medios internacionales como 'Le Monde', 'Le Monde Diplomatique', 'Der Spiegel', la 'Rai', la televisión pública francesa... Su nombre aparece en el libro 'España 2020, la España que necesitamos', junto al de José Luis Rodríguez Zapatero o Mariano Rajoy, entre otros. Colaboró en la publicación por primera vez en castellano de 'Vida y Muerte de Petra Kelly' y actualmente lleva una vida retirada de la política activa, concretamente en el sector privado, dedicado al mundo de la pequeña empresa.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
1 comentarios