Dice el proverbio chino; “Defiéndete con una sonrisa y ataca con el silencio”. Y al píe de la letra. Vinicius sonríe porque es el mejor jugador del mundo y el Real Madrid calla porque es la indiferencia ante los ataques su mejor arma. De hecho, lo ha sido siempre porque es imposible callar a quien ataca por antimadridismo y se atrinchera en el odio y la envidia.
Vinicius sabe que a estas alturas ya da igual lo que haga o diga. El brasileño es la diana perfecta para un buen sector de la prensa deportiva. Es injusto, triste y caprichoso pero el periodismo deportivo ya se ha instalado en la bufanda y el populismo.
Disparar contra el Real Madrid es tan fácil como llenar tertulias enteras con algo que no ha dicho Vinicius pero que sí han oído los soldados del odio. El brasileño dijo grandes verdades acerca de nuestro país.
Y se atrevió a manifestar que estaría dispuesto a colaborar para erradicar el racismo que aún existe en un pequeño porcentaje de la población. Si Vinicius no fuera del Real Madrid, su intervención habría tenido distinto calado, pero el negro es blanco. Y ahí, la jode. Bueno, mejor dicho les jode a quién lo escuchan dispuestos a repartir porque sí al Real Madrid.
Y aunque el discurso tergiversado de Vinicius se compra, más sencillo que cuatro pilas en un todo a cien, como demostró el simplón y patético Martínez Almeida, la realidad es que tiene toda la razón.
Y es bueno que siga hablando para dejar aún más en evidencia a personajes como el alcalde de Madrid que, si tuviera un mínimo de decencia, debería rectificar y pedir perdón al jugador brasileño, cosa que a día de hoy ni ha hecho ni está en su agenda. Pero sus palabras demuestran que con Vinicius es fácil manipular a la plebe. Solo hace falta decir lo que no ha dicho y esperar que el antimadridismo haga el resto.
Reconozco que no entiendo en ocasiones el silencio institucional del Real Madrid en determinados asuntos. Pero en el tema Vinicius, siempre que el jugador se sienta apoyado de forma interna, acierta de pleno con su silencio. Haga lo que haga, diga lo que diga el club siempre van a existir los que malinterpreten cualquier comunicado.
Es el brasileño el encargado de reírse dentro y fuera del campo. Y los aficionados del Real Madrid harían bien en defenderle, al menos, con la mitad de la vehemencia con la que le atacan los antimadridistas. Eso sí aplicando otro proverbio chino; “Vencer al enemigo sin manchar la espada”.