¿Cómo que no hay consuelo para el Atlético de Madrid? Si no existe una afición más experta en excusas que la rojiblanca. La última nace en una frase leída hoy en X. “Quiero que mi equipo gane, pero no quiero a mi equipo porque gane”. Toma del frasco. Y se quedan tan anchos. Entonces, ¿para qué quieres a tu equipo? ¿Para qué te presida la comunidad de vecinos?
Un club como el Atlético de Madrid debe competir para ganar y al entrenador mejor pagado del mundo se le ha de exigir algo más que trasladar excusas a la grada desde la sala de prensa, aunque sepas que no tienes ni razón ni argumentos.
Simeone es un fraude para el Atlético de Madrid y lo lleva siendo demasiado tiempo. Tanto que ha sabido llevar ese fraude a la cabeza de los aficionados. Le veneran y compran ese consuelo de perdedor que le persigue desde su época de jugador. Y sí no olvidéis que Simeone es el mismo que cuando era jugador se ofrecía al Real Madrid. No es un Atlético, es un profesional. Y sabe que solo bajo el victimismo, que tanto ha gustado de siempre al Atlético, se puede perpetuar en un banquillo que ofrece excusas y no soluciones. Verle ayer festejar en la derrota, como un poseso, dirigiéndose con aspavientos destemplados a la grada es una imagen lamentable y de una mediocridad latente. Es el director de orquesta del perdedor.
En todos sus años en el Atlético de Madrid, que ya suman 14 temporadas, tan sólo ha levantado 2 Ligas y una Copa del Rey. No le ha quitado ese aroma de perdedor en Europa y ha acrecentado el concepto de segundón en Madrid. Eso sí, Simeone ha conseguido que los atléticos cada vez sean más antimadridistas y estén cómodos en ese papel.
Hoy jueves, ya eliminados de la Champions y a la espera del duelo de este fin de semana frente al Barcelona, pueden empezar a ponerse la camiseta del Arsenal de cara a la primera semana de abril. Son más felices así que viendo ganar a su equipo, porque como dicen ellos mismos no son del Atlético para verle ganar.
Y, me pregunto, ¿no serán del Atlético para desear que pierda el Real Madrid? Por ese camino les llevan. Y ellos van felices.