La globalización ha traído muchos dolores de cabeza a dirigentes y problemas a la sociedad en general. Pero también nos ha traído muchas cosas buenas y positivas. En un mundo más interconectado que nunca
las fronteras culturas se desdibujan. Un gran ejemplo de ello es la gastronomía. En cualquier parte del mundo podemos
comer un plato de una cultura y un país totalmente lejano a este. Ciudades como Berlín, Nueva York, Madrid o Barcelona escenifican muy bien este concepto de
gastronomía global, ya que la oferta de restaurantes es enorme. No solo esto, encontramos barrios enteros dedicados a culturas y países. Te proponemos una vuelta al mundo a través de los postres. ¿Te animas a cocinarlos en casa? No te preocupes por el desorden, con estos
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