En el Instituto Emisor Europeo se ve como, poco a poco, van desapareciendo las tensiones inflacionistas en la eurozona como consecuencia del alivio que supone la bajada del precio del petróleo. De seguir así las cosas, es muy probable que el rebrote inflacionista comience a ceder a partir de septiembre, según dicen los expertos. Y si eso se produce, la “vigilancia extrema sobre los precios” anunciada por Jean Claude Trichet, podrá bajar al nivel “habitual”. En ese sentido, se aleja el peligro de una nueva subida del precio oficial del dinero. Con la llevada a cabo a primeros de julio parece suficiente.
Otra cosa es la situación económica de algunos miembros de la UEM. Se teme que acaben en recesión de seguir así las cosas. Si eso se produce, el Banco Central Europeo se verá en la obligación de actuar para reactivar estas economías. Pero, con las secuelas inflacionarias todavía ahí, no parece muy probable que Trichet y los suyos se decidan por una bajada de tipos.
Partidarios de esperar
Trichet es más partidario de esperar un tiempo para ver, primero, si remiten las tensiones financieras que están provocando una situación atípica en el mercado interbancario. El tipo básico de interés está en el 4,25% pero el Euríbor a tres meses se situó, este miércoles, en el 4,967% y el a 12 meses, el de referencia hipotecaria, en el 5,35%. Demasiado alto el diferencial que suele oscilar entre el 0,25 y el 0,50. Los analistas del BCE creen que la corrección a la baja de los tipos del interbancario, que se debe dar necesariamente, supondrá un alivio para los titulares de préstamos e hipotecas.
En cualquier caso, está claro que esta rebaja que vendrá del mercado, todavía está lejos de producirse. Mientras se mantenga la crisis financiera, es decir, la falta de liquidez en bancos y cajas, no hay nada que hacer en lo que a rebaja de tipos se refiere, por mucho que Trichet y los suyos pongan el máximo interés en reducir el precio oficial del dinero.