La anulación de los resultados en la interna del PRD, proceso calificado por sus propios actores como un cochinero, dejó en el aire la expectativa de que pronto el partido tenga un liderazgo formal.
Empero, Jesús Ortega consideró que con ello el partido se dio un tiro en el pie, lo cual dejará cojo al PRD frente a los comicios de 2009, y es un triunfo de "los tramposos y sinvergüenzas", dijo.
Andrés Manuel López Obrador afirmó que los perredistas hicieron lo correcto, pues no anular los comicios sería el equivalente a convalidar el fraude electoral de 2006. Alejandro Encinas aceptó bajo protesta la decisión y dijo que no irá a tribunales.