El Senado adquirirá el convento de las Reparadoras en otoño
domingo 06 de julio de 2008, 12:53h
La entrega del convento de las Reparadoras al Senado, el edificio del siglo XVIII que fue construido como Consejo de la Suprema Inquisición y que la institución compró el año pasado para ampliar su sede, se va a retrasar tres o cuatro meses porque no ha sido desocupado, una situación a la que la Cámara Alta no ha puesto pegas.
Según informaron fuentes del Senado, el propietario real del inmueble, que es Patrimonio del Estado, comunicó recientemente el retraso a la institución que preside Javier Rojo. Cuando el año pasado se cerró la venta, con un precio de 36 millones de euros, se acordó que el convento debía quedar vacío al concluir este mes de junio y las monjas, de hecho, se han trasladado, pero no lo ha hecho al parecer el albergue para indigentes abierto en una parte del edificio.
En cualquier caso, la Cámara tampoco tiene prisa porque no ha determinado a qué quiere dedicar los nuevos espacios, aunque en la mente de muchos senadores está el deseo de reformar la institución y tener preparado, para cuando llegue ese momento, un edificio adecuado a las nuevas funciones.
Pero a corto plazo, la necesidad principal de los grupos parlamentarios es contar con un despacho para cada senador, ya que bastantes de ellos se ven ahora obligados a compartirlo. También se piensa en crear salas a disposición de las Comunidades Autónomas porque cuando la Cámara acoge las Conferencias de Presidentes, los Debates sobre el estado de las Autonomías, o cuando recibe a representantes autonómicos por cualquier otro motivo, debe desalojar algún despacho para ponerlo a su disposición.
El Senado buscaba desde hace tiempo un edificio para ampliar su sede en la Plaza de la Marina Española, en Madrid. Siempre se pensaba, de hecho, en el Instituto de Estudios Constitucionales, única esquina de la manzana en la que se encuentra la Cámara que no forma parte de esta, pero, finalmente, se cerró el acuerdo para la compra del convento de la calle Torija, al otro lado de la calle del Reloj.
La compra se produjo tras un largo proceso de negociación y de trámites entre el Senado, la congregación de religiosas que vivía en el convento, el Ministerio de Economía y Hacienda y el propio Vaticano, que tuvo que dar el visto bueno a la operación al ser el edificio un bien de la Iglesia Católica.
Una vez que la institución tenga a su disposición el edificio, lo que se calcula ahora que podría producirse en otoño, se deberá encargar el proyecto de remodelación y sacar a concurso después las obras, entre las que no se descarta la construcción de un túnel o un pasillo elevado que comunique ambos edificios. La compra de este edificio corre a cargo de Patrimonio del Estado, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, por lo que el Senado no cuenta con una partida en sus presupuestos de 2008, que ascienden a 60,5 millones de euros.