IU-ICV y el BNG han presentado dos proposiciones no de ley en el Parlamento referentes a la relación Iglesia-Estado, pero aunque han despertado un “
interesante debate”, según palabras del diputado de CiU,
Jordi Xuclà, ninguno ha encontrado los apoyos suficientes. El mayor revés se lo han llevado del propio secretario general del PSOE en el Congreso,
Ramón Jáuregui, quien ha dicho que
“no ve la necesidad de modificar el protocolo porque es exquisitamente aconfesional”.
Llamazares ha defendido la necesidad de que se elimine la fórmula de prometer o jurar ante la Biblia los cargos públicos porque “
estamos en una monarquía parlamentaria” y ya no hay
“un Rey por la gracia de Dios”. Entiende que los crucifijos de colegios, hospitales e instituciones del ejército, así como el mantenimiento de la asignatura de religión es “
un incumplimiento flagrante” de los principios constitucionales que garantizan que ninguna confesión tendrá carácter estatal.
El PNV ha manifestado que las propias ceremonias no son más que elementos “
sin trascendencia jurídica”.
Aitor Esteban ha reflexionado sobre qué es lo que aporta a la sociedad que se jure o se prometa sobre la Constitución cuando lo único que es vinculante es que cumpla sus preceptos. Ha dicho que este tipo de ceremonias son "
anacrónicas" y superfluas y que sólo se trata de “
supervivencias de otros momentos deseablemente suprimibles si es que crean algún tipo de fricción”. Ante la propuesta del BNG de renovar los acuerdos con la Iglesia se han mostrado algo más cauto ya que, dicen,
“este asunto debe abordarse con serenidad” y para ello “
sería bueno conocer los parámetros de la reforma que pretende hacer el Gobierno”.
Los más críticos a las reformas
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Desde CiU han criticado que los argumentos sobre los que se sustentan estas iniciativas son erróneos ya que el decreto que regula el protocolo de juramento o promesa del cargo no incluye la presencia de símbolos religiosos en los actos y que si se producen así es sólo fruto “
de los usos y costumbres” así como “
del protocolo de la Casa Real” que utiliza el crucifijo para jurar por Dios. El debate, dice
Xuclà es sobre si aquellas personas que son creyentes pueden o no expresar públicamente su fe y esto, ha dicho, “
no entra para nada en el debate que usted plantea”.
Eugenio Nasarre, diputado del PP, ha expresado su conformidad con el actual sistema de relaciones de la Iglesia y ha dicho que les “
parece impecable los procedimientos de protocolo que responde a nuestro fecundo pacto constitucional” ya que responde a que se ha asumido la
“conciencia histórica” de lo que significan la cruz y la Biblia en la sociedad a la que pertenecemos.
Resultados de la votación:
PNL para eliminar los símbolos:
Presentes: 324
Sí 9
No 309
Abstenciones 6
PNL para reformar los acuerdos con la Iglesia:
Presentes: 322
Sí: 9
No: 312
Abstenciones: 1