El humorista político P.J. O'Rourke afirmaba en un libro hace algunos años que Paraguay es un país ''en el medio de ninguna parte, que es famoso por nada.'' Entonces, ¿por qué deberia importarnos Paraguay?, le pregunté a uno de los principales expertos norteamericanos en Paraguay esta semana, tras la histórica victoria de la oposición en ese país, que terminó con seis décadas de gobierno del Partido Colorado.
''Bueno, no te extrañes si dentro de poco oiremos hablar mucho más de Paraguay'', me dijo Frank Mora, profesor de Seguridad Nacional del National War College en Washington D.C., y autor de un reciente libro sobre las relaciones entre Paraguay y los Estados Unidos.
Según el profesor, ``Estados Unidos y los vecinos sudamericanos de Paraguay pronto tendrán más motivos de preocupación por las vastas regiones sin ley que existen en ese país, utilizadas como centros de operaciones de traficantes de armas, de drogas, y grupos de apoyo de los terroristas del Hezbollah''.
Mora confiesa que es ''bastante pesimista'' sobre el futuro de Paraguay tras la victoria de Fernando Lugo, un ex obispo de la Iglesia Católica que quebró la hegemonía del Partido Colorado. El Partido Colorado había sido el bastión del dictador Alfredo Stroessner durante sus 35 años en el poder, y gracias su inmenso aparato de clientelismo político, había logrado ganar todas las elecciones tras la caída de la dictadura en 1989.
Contrariamente a los informes de prensa que sugieren que Lugo será un aliado cercano del presidente narcisista leninista de Venezuela, Hugo Chávez, Mora dice que la mayor amenaza de Paraguay no es el autoritarismo chavista, sino la ingobernabilidad.
''Todo lo que es ilícito, pasa por Paraguay'', afirma Mora. ``Si se vuelve ingobernable, si se convierte en un estado fallido, la amenaza será aún mayor.''
Mora agrega que el problema será mucho mayor para la Argentina, Brasil y sus otros vecinos que para los Estados Unidos, ``porque las áreas sin ley atraen todos los males''.¿Qué le hace pensar que el nuevo presidente de Paraguay no será capaz de tomar control efectivo del país?, le pregunte al profesor. Después de todo, le recordé, los recientes gobiernos colorados tampoco han logrado impedir que algunas zonas de Paraguay se convirtieran en semilleros de actividades ilegales, incluyendo centros de recaudación de fondos para el terrorismo islámico.
El jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, almirante James Stavridis, ha dicho que la triple frontera aledaña a la ciudad paraguaya de Ciudad del Este es desde hace tiempo un centro de lavado de dinero, proselitismo, reclutamiento, tráfico ilegal y narcotráfico relacionados con grupos radicales islámicos.
Sin embargo, Mora dijo que existen tres razones por las cuales cree que habrá una ingobernabilidad aún mayor en Paraguay.
Primero, las luchas internas que se producirán en la coalición de Lugo, compuesta por casi dos docenas de partidos políticos y movimientos que van desde grupos de izquierda chavista a grupos ferozmente antichavistas. Lo único que ha unido a los integrantes de la coalición de Lugo hasta ahora era su deseo de sacar del poder al Partido Colorado.
''Tengo la sensación de que estos grupos se disputarán el control de la coalición,'' afirma Mora. ``Lugo no es un político. Temo que no tenga habilidad suficiente para orquestar y manejar a todos esos grupos de ideologías tan dispares.''
Segundo, Lugo no tendrá mayoría en el Congreso, y le será muy difícil desmantelar el control que tiene el Partido Colorado de la burocracia del Estado. Los colorados pueden hacer uso de ese poder para debilitar al nuevo presidente, y para evitar que pueda cumplir sus promesas de campaña.
Tercero, la coalición de Lugo ha generado enormes expectativas entre los paraguayos. ''La frustración llegará mas pronto que tarde,'' dice Mora.
Otros no son tan pesimistas. En una entrevista telefónica desde Paraguay, el analista político Alfredo Boccia Paz me dijo que Lugo ha sorprendido a muchos por su capacidad de manejar una coalición tan¡ diversa durante la campaña.
''Tiene un tipo de carisma muy raro. Es aburrido, pero a la gente le gusta,'' afirmó Boccia Paz. ``Eso podría salvarlo.''
Mi opinión: las preocupaciones de Mora coinciden con el pensamiento imperante en Washington tras el 11 de septiembre del 2001, según el cual la mayor amenaza actual contra la seguridad nacional de Estados Unidos no provendrá de gobiernos hostiles, sino de estados fallidos, con áreas sin ley donde puedan sentar sus bases los grupos terroristas.
Irónicamente, independientemente de que Lugo se acerque a Chávez o no, a Estados Unidos y a América Latina les conviene que al nuevo presidente paraguayo le vaya bien, y que Paraguay siga siendo un país ``famoso por nada''.
* Andrés Oppenheimer (Buenos Aires, 24 de noviembre de 1951) es un periodista nacido en Argentina y naturalizado estadounidense. Emigró a los Estados Unidos en 1978, y allí realizó una maestría en periodismo en la Universidad de Columbia.
Oppenheimer fue miembro del equipo al que se le concedió el premio Pulitzer por la investigación de la conexión Irán-Contra del gobierno de Ronald Reagan en 1987. También ganó el premio Ortega y Gasset por su investigación acerca de Cuba, investigación que quedó reflejada en la publicación de su libro titulado «La hora final de Castro».
En los Estados Unidos, trabajó para la agencia de noticias AP y en 1983 empezó a escribir en el Miami Herald. Actualmente escribe la columna semanal El Informe Oppenheimer para dicho periódico. En noviembre de 2001, recibió el Premio Rey de España 2001, el más alto reconocimiento del periodismo de Iberoamérica, por su investigación sobre la corrupción en América Latina. Es también conductor del programa de televisión Oppenheimer Presenta [2] que se emite en diversos canales de televisión del continente americano.
En su libro "Cuentos Chinos" considera y analiza el futuro de América Latina y la importancia de adaptar nuevos sistemas políticos y económicos a las naciones que tienen grandes índices de pobreza extrema, esto según las políticas de Washington.