Así es como ha respondido Rajoy a Zapatero en el turno de réplica, en el que ha dicho que el Grupo Popular se opondrá a su investidura como presidente del Gobierno "por coherencia". Sin embargo, pese a la dureza de los enfrentamientos, Rajoy ha dejado abierta la puerta al establecimiento de grandes acuerdos, siempre que sea a dos, como anteriormente ya lo fueron.
Es decir, que pactar en las grandes cuestiones de Estado, sí, pero con determinadas condiciones: si se privilegia al PP y siempre y cuando Zapatero concrete su política. El rifirrafe ha sido extremadamente duro no en temas antiterroristas, como estos años de atrás, sino en la situación económica, en la que Zapatero ha reconocido que puede haber algunos problemas por la crisis.
No obstante, la respuesta de Zapatero ha sido la de hacer algunos guiños a los nacionalistas, sobre todo a los catalanes de CiU, que a pesar de todo tampoco le apoyarán en la investidura. Así, se ha comprometido a publicar antes de dos meses las balanzas fiscales de las Comunidades Autónomas, una antigua reivindicación de los nacionalistas, sobre todo los catalanes de Artur Mas y Durán i Lleida.