Hoy sábado Jesús yacía en su tumba para el desconsuelo de los apóstoles que estaban convencidos de que todo había acabado. Mientras tanto, su madre les recordaba las palabras del Señor cuando predecía "Al tercer día resucitaré".
Hasta las seis de la tarde permanecieron junto al cuerpo sin vida de Jesús, acompañándolo y limpiando los restos de sangre y maltrato sufrido durante toda la tarde de ayer viernes. El cuerpo fue trasladado a una especie de pequeña cueva, luego de ser bajado de la cruz en medio del dolor profundo de María, su madre, que pese al desconsuelo se veía como llena de una paz y un amor indescriptibles.
Los amigos de Jesús se retiraron un poco pasadas las 6 de la tarde, y el sepulcro fue cerrado con una gran piedra.