Este pasado jueves el mundo –si realmente desea constatar diferencias- pudo evaluar las respuestas de distintos líderes de Latinoamérica… Respuestas de los que por intereses concretos hacen negocios con Venezuela y aprovechan la debilidad del teniente coronel Chávez, dispuesto a arruinar a su propio país, repartiendo magníficos negocios para los extranjeros y pésimos para nosotros, con tal de creerse un Bolívar resurrecto, logrando al fin “La patria grande”… y respuestas del grupo de recogiditos, de mendicantes, que no pueden hacer otra cosa que repetir como loros lo que ordena el militarote empoderado desde la convincente razón de su chequera petrolera.
Hacer comparaciones y ver las diferencias entre un Lula Da Silva y un Rafael Correa… Entre una Michelle Bachelet y una taimada Cristina Kirchner, tan calculadora y ávida como su narigudo consorte. Comparar respuestas y actitudes de Felipe Calderón y el mismo Leonel Fernández y el asaltante de caminos que está en la presidencia de Nicaragua. Entender cuán diferente es la mano que firma un contrato de un buen negocio para sí y la mano del ruinoso, del mendigo o del chulo…
Y les cuento que observar la miserable actitud de los virreyes de Chávez me retrotrae a una vieja serie cómica mexicana… El Chapulín colorado, especie de grillo, trajeado como un Superman tercermundista, que al grito de ¡Síganme los buenos! agrupaba una corte de los milagros risible de tan ridícula que era… Así es Chávez que al grito será más bien de ¡Síganme los malos! pone a Don Evo, al incestuoso Daniel Ortega, a la vivaracha señora Kirchner, a los chulos mayores de la Cuba castrista, a Rafael Correa –y quizá a algunos más que aún no han debutado en esta nueva farsa- a repetir sus manoseadas peroratas, sus insultos y sus grotescas posturas.
Es tanto el miedo que a estos indigentes les causa imaginar perder la manutención de Chávez, que les importa un bledo contradecirse, hacer el ridículo, y mostrarse como los obsecuentes cachorros de un caudillo militar bananero que aún no se da cuenta que si no fuese venezolano, que si no fuese de esta tierra inundada del codiciado petróleo, Hugo Chávez no sería nadie… Sólo una inexistencia…
Este militar de opereta, este karma que arruina el país, que enferma a su población, que irrespeta nuestro gentilicio, está delirante… Contó el periodista Nelson Bocaranda Sardí en su columna de los jueves en el diario El Universal de Venezuela, que (Cito) “…Quienes estuvieron en Miraflores desde el pasado lunes se sorprendieron al encontrarse al Presidente en uniforme de camuflaje y con diferentes planos y mapas de la zona fronteriza con Colombia (¿o con las FARC?) regados por todo el Palacio como si de verdad estuviera al frente de una sala situacional en una guerra con Colombia. Los comentarios y risas aguantados por parte de sus allegados dieron pie a murmuraciones que luego se hicieron públicas entre los componentes militares. <Era la épica que le faltaba desde aquel 4F92>; <si supiera como están muchos de nuestros equipos no hubiera lanzado esa orden abrupta y sin consulta sólo por el malestar que le provocó la muerte de su principal contacto guerrillero>"…
Bocaranda Sardi recuerda a Mambrú, aquel que se fue a la guerra… ¡Ay que dolor, que pena!, y dice también el muy informado periodista: “Las frases que más se le escuchan al caudillo por estos días son: "Yo mismo voy a patrullar la frontera"; "Saben todo de nosotros"; "La oligarquía colombiana me quiere matar".
Chávez se cree realmente un líder planetario, le ayudan a creérselo los mendicantes y chulos que como moscas están sobre él… Pero hay que decirle a este militarote infinitamente ridículo que sin petróleo, sin billetes verdes del cruel imperio él sería quizá menos conocido que Blaise Compaoré, que hasta tuvo más acertividad y necesito menos tiempo que nuestro militarote, ya que llegó al poder mediante un Golpe de Estado suertudo, donde asesinó a su predecesor Thomas Sankara.
Y estoy segura que muchos, muchísimos se están preguntando quién es Blaise Compaoré… Pues ese señor tan desconocido es el presidente de Burkina Faso, un país del Africa que cuesta ubicar en el mapa. Hay que decirle a nuestro teniente coronel en uso y abuso del Poder que si él no se hubiese adueñado de este país petrolero, que si Venezuela no tuviese ese chorro inmenso de petróleo y dólares él con seguridad sería para el mundo tan desconocido e inexistente como Compaoré. No tendría su corte de monigotes mendicantes, ni estuviese recibiendo aplausos de los que sólo esperan su parte del pastel… Tampoco tendría con qué pagarse sus jueguitos belicistas.
Eleonora Bruzual
ebruzual@cantv.net
* Trascripción de la Columna Radial que se transmite diariamente a través de los Noticieros de Radio Mambí 710 AM del Circuito Univisión de Miami, Florida
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