Si llega usted desde Madrid por carretera, como nosotros, o en el AVE, lo primero que ve es que Zaragoza está levantada, que parece -ya saben el tópico- Sarajevo. ¡Madre mía!. La que tienen liada. Y tanto que no parece posible que terminen. De hoteles parecen que andan más o menos bien, aunque suponemos que hasta entonces las plazas aumentaran.
Y como íbamos de turistas pues… nos subimos a un autobús turístico, cosa cada vez más frecuente entre los turistas. Decidimos subir a la línea que, en teoría, recorría el Zaragoza histórico y el Zaragoza de la Expo. ¡¡Error!!!!!!! Para empezar nos aclararon que ya la Expo no se visita, que como estan en obras no puede ser. Así que nos limitamos al centro hostórico. Y yo les sugeriría a los responsables de la cosa que cambien esa línea. Y es que el recorrido se hace interminable y nada, nada interesante.
A la hora del comer hemos encontrado buenos restaurantes algunos clásicos y otros de una excelente cocina nueva. Lo que escasea, desgraciadamente son restaurantes con jardín o terrazas, aunque sean callejeras, para disfrutar del buen tiempo. Entre los que hemos conocido les sugerimos clásicos: El Cachirulo, Gayarre. De los que ofrecen una carta innovadora pueden escoger entre La Granad o el Chalet. Y la única terraza –aunque modesta y sea callejera- que encontramos La Lonja del Pescado.
LAS CRÍTICAS GATRONÓMICAS
EL CACHIRULO:
Clásico, entre los clásicos, el Cachirulo dispone de un local amplio, muy amplio, en el que usted puede coincidir, auque sea en otro salón, con una boda o bautizo. , desde luego tiene terreno para poner nuestra añorada terraza, cuando haga bueno.
De la carta podemos decir que es buena y extensa. De entre los primeros nosostros recomendamos unas buenísimas Patatas Cachirulo. Nos explicaron que las patatas se dejan macerar en aceite durante 24 horas y al día siguiente se rebozan y se presentan como en tempura. Y con una salsita alioli. Buenísimas. Exquisita también la menestra, elaborado con productos frescos, y eso se nota. Lejos muy lejos de aquellas que hacen para enfermos y que hemos probado en sitios muy sofisticados. Y ¿qué decir del cardo? A los que somos aficionados a esa verdura nos cuesta dar una aprobado al cardo, de difícil cocina. Este está muy bien. De las carnes les sugerimos el Dúo Cochinillo y ternasco. Una buena fórmula para degustar dos platos de la casa en uno. Y los dos en su justo punto, que nos es fácil
Y de postre una debilidad para los que somos chocoadictos: Coulant de Michel-Btras. Que consiste en un biscocho de chocolate relleno de otro cholate templado y acompañado de una bola de colócales blanco. Todavía se me hace la boca agua de recordarlo!!!
Sobre la carta de vinos podemos decirles que es amplía y correcta, sin grandes novedades.
Y del precio pues casi lo de siempre algo más de 50 euros por persona.
Francamente bueno el trato y la profesionalidad del personal.
EL CACHIRULO Carretera de Logroño Km 1, 500
LA GRANADA:
En un local de decoración moderna, para algunos demasiado moderna, encontramos una cocina innovadora de muy buena elaboración con numerosos platos de trufa, que es otra de nuestras debilidades.
Para empezar te ofrecen un sofisticado aperitivo en el que destaca, aunque les parezca raro, una nueva forma de presentar las patatas bravas.
Ya en la carta escogimos para empezar un cardo con ostras en salsa de almendra y... láminas de nuestra querida trufa. Y aunque, en parte, los elementos son los tradicionales, la elaboración es gratamente sorprendente. Fuera de carta pedimos una simple ensalada -por aquello de que la cena no fuera muy pesada- y la verdad es que improvisaron una ensalada de brotes de lechugas variadas, zanahorias, soja, tomates pelados -detalle importante-…. bastante cuidada, y para aderezarla un vinagre de vino dulce
Pedro Ximénez fantástico. Siguiendo con la carta pedimos, ya en los segundos, carrileras, con una presentación fuera de lo común y también arroz ¡de trufa!, excelente, no digo más. Tienea además un menú de degustación donde la trufa es la reina.
Así que para terminar ordenamos una nube de regaliz ¡y trufa! Francamente, fue lo peor de la cena. Sabía poco a regaliz y nada de nada a trufa. Creemos que tienen que seguir trabajando con esa idea.
La carta de vinos nos pareció suficiente, correcta.
También tenemos que destacar la preparación y el magnifico trato del servicio, para ellos parece que nada de lo que pidas –aunque no este en carta- es un problema, y eso, francamente, es un placer.
Y la relación calidad-precio, teniendo en cuenta la que se ofrece por ahí, es buena, aunque cara. Casi 60 euros por persona
LA LONJA DEL PESCADO:
Pues como su propio nombre indica la especialidad es el pescado y el marisco. Un local modesto, con una pequeña terraza, cosa rara de encontrar en Zaragoza y precio no tan modesto.
Para empezar pedimos una “Ensalada Ilustrada” que lleva lo de una mixta, pero con lechuga variada y zanahoria cortadas en finas lonchas y rábanos. Rica y con buena presentación. También probamos unas patatas bravas muy bien fritas pero con una salsa corrientita.
Como decíamos, lo mejor, el pescado, pedimos rodaballo estaba fresquísimo y presentados con unos berberechos y unos pimientos de Gernika. Cuidada presentación.
De la carta de vinos no podemos hablar porque como optamos por comer al sol, lo que pedía el cuerpo era un tinto de verano, y eso tomamos.
Y como en todos los sitios que hemos conocido de Zaragoza, los camareros muy amables y profesionales.