
Una kilométrica mancha marrón surcada por el Manzanares es el panorama que puede verse entre los edificios que limitan con el río. La tierra ocupa lo que antes eran los diferentes carriles de la M-30, faltan pasarelas, las aceras y puentes de la zona presentan desperfectos y la basura se amontona en los rincones muertos.
Una mujer que camina por el puente de Toledo se detiene y mira al río. Observa qué crece en el cauce del Manzanares -en algunos tramos, la tierra le gana espacio y en ella brota la maleza-. "Hace un año que acabó la obra y todo sigue igual", dice Clara Escamilla, vecina de la zona.

En este tiempo, el Ayuntamiento ha acondicionado la Avenida de Portugal y dado vida a la Huerta de la Partida, al norte del eje sobre el que se va actuar, pero el acondicionamiento de la zona de obras se ha quedado en la instalación de farolas y la delimitación de un ámbito de seguridad con una valla, que separa las calles de Madrid del tramo en construcción.
Para este año, hay anunciados algunos proyectos, como la adecuación de los bordes del río o la ejecución de 3.000 metros de aceras en el margen derecho, el que queda al otro lado del estadio Vicente Calderón. Pero lo cierto es que aún no se ha cerrado el proyecto Madrid Río, que engloba las actuaciones que cambiarán la faz de este enclave madrileño.
Este jueves comienza el periodo de exposición pública para que todo aquel quiera pueda realizar sus observaciones.

Pago Segura, portavoz de Ecologistas en Acción, afirma que el hecho de que el Ayuntamiento haya fijado en dos meses el plazo de exposición pública del proyecto se debe a que el Ayuntamiento quiere ganar tiempo porque no tiene presupuesto. "Parece una zona de guerra y va a estar así mucho tiempo", vaticina el ecologista, quien recuerda que para las obras de soterramiento el periodo de alegaciones fue de 20 días.
En la misma línea se pronuncia Eladio Díez, portavoz de la plataforma 'M-30 no más coches'. "No hay nada consistente, ni nada seguro", dice en referencia a que el proyecto no está definitivamente aprobado. "Además, el Ayuntamiento no tiene un duro", afirma.

En realidad, sí que se ha presupuestado el dinero que se llevará Madrid Río este año. Junto al Prado-Recoletos,
serán 44 los millones que invierta el Consistorio, según se recoge en los presupuestos para 2008. Con esta cantidad se elaborarán los pliegos de condiciones y se tramitarán los expedientes correspondientes. Además, el documento recoge la urbanización de Madrid-Río, que en un futuro se convertirá en un eje lúdico y cultura, con zonas verdes y deportivas.
Un grupo de jubilados discrepa sobre el avance de las obras. "Antes había 1.000 obreros y ahora quedan 8", asevera Salvio Jiménez. Sin embargo, Ángel Huerta opina que sí se está trabajando y le recuerda a su compañero que Gallardón tiene una legislatura para sacar adelante el proyecto -en realidad Madrid Río se divide en cuatro fases, la última sin plazos concretos-. "Los que tenemos cuatro años para verlo somos nosotros y no lo vamos a ver", sentencia Salvio.