El presidente estadounidense George W. Bush presentó este lunes un presupuesto 2008-2009 afectado por los gastos para la guerra en Irak y el plan de reactivación de la economía, que harán subir el déficit a más de 400.000 millones de dólares este año y el próximo.
Bush solicitó al Congreso para el año presupuestario que va de octubre de 2008 a setiembre de 2009 un total que supera por primera vez los 3 billones (millones de millones) de dólares.
Según el proyecto, el déficit alcanzará 410.000 millones de dólares este año, antes de reducirse levemente a 407.000 millones el año próximo (contra 162.000 millones en 2007).
En porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), esto representa un alza considerable: de 1,2% en 2007, pasará a 2,9% en 2008 y a 2,7% en 2009.
El presidente dijo que el proyecto presupuestario muestra que la prioridad de su Gobierno es la defensa del país, al tiempo que dedica fondos para un plan de estímulo fiscal.
"Nuestra prioridad principal es la defensa del país, así que damos financiación a nuestras fuerzas armadas, además de a la seguridad nacional", dijo Bush tras una reunión con su gabinete.
El gobernante también destacó que su propuesta promueve el crecimiento económico.
"Es esencial que nos aseguremos de que lidiamos con las incertidumbres económicas", afirmó Bush, quien destacó la importancia de que el Senado apruebe un plan de estímulo, que consiste en rebajas tributarias.
La Cámara Baja ha dado su visto bueno a su versión del proyecto, por valor de 146.000 millones de dólares.
La iniciativa presupuestaria elimina 151 "programas inflados", lo que ahorrará al contribuyente 18.000 millones de dólares y "da recomendaciones específicas" para reducir el gasto social en 208.000 millones de dólares en cinco años, principalmente en los seguros de salud para los pobres y los ancianos, afirmó Bush.
La Casa Blanca prevé que los déficit públicos repuntarán hasta los 410.000 millones de dólares este año y los 407.000 millones de dólares en 2009.
El presupuesto prevé que el Congreso haga permanentes los recortes tributarios temporales aprobados durante el mandato de Bush. "Es importante hacer permanente esa ayuda", sostuvo.
Pese al empeoramiento de las condiciones económicas, el presidente señaló que las previsiones fiscales mantienen el objetivo de eliminar el déficit en 2012.
A su llegada a la Casa Blanca el presupuesto era excedentario, pero sus programas de reducción de impuestos, la lucha contra el terrorismo y las consecuencias de la recesión de 2001 rápidamente hicieron pasar las cuentas al rojo.
El déficit había crecido anualmente hasta el récord de 413.000 millones de dólares en 2004, antes de reducirse progresivamente. El salto previsto para este año y el próximo marcaría en consecuencia una reversión de la tendencia.
Hasta el presente, la Casa Blanca consideraba un "agujero" presupuestario del orden de los 258.000 millones de dólares solamente, para 2008.
En total, los gastos aumentarán en 6% a 3,107 billones de dólares y los ingresos en 7,1% a 2,7 billones.
La Casa Blanca promete sin embargo equilibrar el presupuesto hacia 2012.
Para ello propone por un lado mantener el alza de los gastos discrecionarios, excluyendo seguridad, por debajo de 1%. Para 2009, el alza previsto es de 0,3% solamente (contra +8,2% para los gastos discrecionarios ligados a la seguridad).
Finalmente la administración considera desacelerar el alza de los gastos en programas estatales para las jubilaciones y la salud, a fin de economizar 16.000 millones de dólares desde 2009 y unos 619.000 millones en 10 años.
Los medios estadounidenses se muestran sin embargo escépticos sobre las posibilidades de que estos recortes presupuestarios sean votados tal cual por el Congreso, controlado por los demócratas, principalmente en un año electoral.
Las reducciones de fondos al programa de salud Medicare por ejemplo, son las mayores que Bush haya propuesto jamás.