Todos estaban expectantes sobre la decisión del Comité de Disciplina de la RFEF sobre la sanción a Vinicius y el asunto no ha defraudado a nadie.
Al final, el brasileño del Real Madrid estará sólo 2 partidos fuera, provocando indignación tanto entre el madridismo como entre los demás rivales. Se esperaban entre 3 y 4.
Decisión que no ha gustado a nadie, ni siquiera a los árbitros retirados que analizan las jugadas en los medios, ya que consideran que todo vino de una revisión innecesaria del VAR sobre una interpretación que el colegiado del encuentro, ante el Valencia, ya hizo sobre el campo.
La sanción a Vinicius
El Comité de Disciplina impone esta sanción mínima a Vinicius teniendo en cuenta que su expulsión con tarjeta roja fue por agresión al rival, el portero valencianista Dimitrievski.
Sin embargo, este organismo define así lo ocurrido sobre el campo: "2 partidos de suspensión por producirse de manera violenta al margen del juego, no estando en posibilidad de disputar el balón o el juego detenido, con multa accesoria en cuantía de 700 € al club y de 600 € al infractor, en aplicación del artículo 52. (Artículo: 130.2)".
Es decir, no detalla una grave agresión ni uso de violencia excesiva. Los críticos con la decisión recuerdan al Comité de Disciplina que aparte del golpe al rival, Vinicius se encaró después con el árbitro César Soto Grado y tuvo que ser sujetado por compañeros para evitar males mayores.
Versión del club
Tanto el club como el madridismo considera que es una sanción excesiva, puesto que Vincius fue antes golpeado y provocado por Dimitrievski, quien aprovechó que el delantero brasileño estaba en el suelo para tocarle la espalda. Tras recibir la respuesta del madridista, exagera y se tira al suelo segundos después de golpe.
En ese momento, Soto Grado consideró que era una acción de tarjeta amarilla para ambos, pero fue llamado segundos después por la sala VOR (donde está el sistema VAR) para revisar la jugada y considerarla de tarjeta roja en lo que a Vinicius se refería.
Hubo racismo previo
El Real Madrid, además, alegó racismo como atenuante para minimizar la sanción de su jugador. En su escrito de alegación, explica que Vinicius fue víctima, previamente, de "insultos racistas graves (...) en el momento inmediatamente anterior a la expulsión, que no fueron recogidos en el Acta ni motivaron actuación alguna del colegiado del encuentro".
Sin embargo, el Comité de Disciplina lo descarta al considerar que no hay "pruebas gráficas y videográficas" de ello.
Tampoco ha dado la razón al club blanco, que se quejó de "una valoración incompleta y sesgada de los acontecimientos", que habría evitado tomar una decisión arbitral basada en "los principios de integridad, proporcionalidad y justicia que deben regir toda actuación deportiva".
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