El espectáculo resulta una "mirada atrás, muy atrás, hacia la propia esencia del arte, un montaje muy intimista y un poco oscuro, porque está desnudo", explicó el propio artista. El montaje repasa todos los palos del flamenco y cuenta con un homenaje a Lola Flores, en concreto una zambra.
Es un pieza en el que se retoma la esencia del flamenco, "del Rafael más primitivo, el que se fue con 16 años de Granada, desprovisto de vestuarios, apoyos audiovisuales y complejas escenografías", aseguró finalmente el bailarín. Las entradas se venden ya en la taquilla del TACA y por teléfono por 15 y 12 euros.