Suspendo hoistilidades con Llamazares

Uno se confiesa epígono de Michel Rocard --aquel premier ministre de Mitterrand en su segundo septenato, ha dos décadas, luego premier secrétaire del partido socialista galo—- cuando decía que nunca contesta a murmuraciones e improperios. Lo que aplico hoy (salvo breves líneas que por orden público diré al final) en referencia a algo escrito contra mí, en “Cartelera Turia” Nº 2.294, por un señor supuestamente llamado Mario Pérez, al cual no gustó mi artículo “Llamazares, entre Bush y padrecito Stalin”. Afortunadamente, he recibido muchos plácemes por el mismo; aunque ahora, tras haber prevalecido democráticamente Esquerra Unida del País Valencià sobre el  centralista intento de “dedazo” gaspariano pugnante por violar la federalidad de Izquierda Unida e imponer unas listas valencianas a Cortes no queridas por la mayoría de EUPV, coaccionando para que admitiéramos a una candidata fuertemente repudiada por dicha mayoría --lo que quedó más que acreditado por dos veces: en la Asamblea de EUPV el 17-11-07, y en el referéndum de 11-1-08, en el cual dicha candidata, Isaura N., vio superados en un 30% los votos que ella obtuvo en las “primarias” valencianas montadas desde Madrid por Llamazares--, tras haber, decimos, prevalecido la ley y la democracia interna, servidor entierra el hacha de guerra defensiva, tiende su modesta mano a Gaspar, y se dispone a ir con él codo con codo en las Elecciones próximas, así como a empinar el codo juntos cuando ganemos. Valencia ha sido/será la tumba de Zaplana, al tiempo, y ha podido ser la de Llamazares.

A más de seguir a Rocard, tampoco puedo gastar mi espacio y el tiempo de ustedes en contestar a M. Pérez habiendo cien materias de acuciante interés general que glosar. Como el Informe Raxen del Movimiento contra la Intolerancia (racismo y xenofobia en España), y la Operación Pánzer policiaco-judicial sobre neonazis armados en tierras valencianas, con veintitantos imputados, así el asesino de Guillem Agulló (asunto en que uno representa a la Asociación Pro Derechos Humanos de España, entre las ONGs ejercientes de la “acusación popular”). O como el ¿secuestro, boicoteo?, por El Corte Inglés, que continúa, del libro  incorrupto de Zaplana, que, vendiéndose muy bien en dicho ECI, se evaporó de golpe de los anaqueles. O el rayo peperiano que no cesa de mamar en la ubre del terrorismo (electoreramente), siendo que el Gobierno hizo bien en negociar, igual que los Gobiernos anteriores (y lo volverán a hacer, gane quien gane, aunque ahora lo niegue), para acabar con la espantosa lacra. Ellos, ETA, fueron quienes hicieron mal. Anyway, si no hay solución policial -–y no suele haberla si un grupo terrorista es directa o íntimamente apoyado por decenas o cientos de miles de ciudadanos que jamás dispararían un tiro, incluidas mujeres y ancianos-- un brazo político, a la larga, choca de plano con sus contradicciones (ver U.K.), por lo que su sino es acabar  contribuyendo a resolver políticamente el homicida, envenenado combate de medio o un siglo. La guerra, decía Clausewitz, es la continuación de la política por otros medios. La política, permítanme añadir, ha de ser continuación (y solución) de la guerra por otros medios, pacíficos, políticos.
       
Demasiados temas de que hablar, ya lo más resumidos. ¡Oiga, Sr. Obispo, Sr. Acebes, que no somos partidarios del aborto, sino de los derechos de la mujer! O el escándalo de los Ánsar y Blair de las Azores, ahora forrándose con millones de euros al año, pluriempleados al servicio del gran dinero. Comparen con el medio millón de pelas que debemos, cada valenciano (deuda de la Generalitat), bebés incluidos. O los 50.000 millones que debe el Valencia C.F., y pagaremos entre todos a base de pelotazos, subvenciones, recalificaciones y corrupciones de altura. O, en fin, como los Informes de 2.005 y 2.006 del Síndic de Greuges (defensor del pueblo) valenciano, sin explicar aún ante les Corts --que se supone nos representan-- pese a que ocho Conselleries son censuradas en dichos Informes: por las infames listas de espera sanitarias, barracones en lugar de escuelas, contubernios urbanísticos, etcétera. O lo del Sr. Pizarro: ¿creen ustedes que se va a quedar calentando el asiento de diputado cuatro años si no gana don Mariano?..., a no ser que venga a sustituirle en dicho caso de derrota, ¡atentos al dedazo de Ánsar! Que, por cierto, quizá quiera situar de Alcaldesa a doña Botella, para más tarde robarle la cartera no al siempre impostado Gallardón sino a Dª Desesperanza, ahora que se estilan mujeres hasta en Paraguay. Y un recuerdo final, entrañable, al hombre más bueno de la UMD, Toño Herreros, teniente coronel de Ingenieros, que acaba de morir, quien fue perseguido con saña por los militares franquistas de después de Franco.
       
De modo, Sr. Pérez, que no contesto a sus pequeñas groserías y descalificaciones sin motivar. Mas sepa que jamás escribo a humo de pajas, aunque no diré públicamente (si quiere, nos reunimos y se lo cuento) qué rollos de alcoba y amistades familiares, en funciones de “mérito y capacidad”, produjeron altísimos rendimientos políticos a personajes de esta farsa, o quiénes han racaneado pagar modestas cuotas mientras querían mandar en EUPV. Mas le apremio a no volver a llamar “jauría” a la mayoría de militantes de EUPV (“la jauría encabezada por la sra. Marcos”, sic). En cuanto a la saltimbanqui (de partido) I. Navarro, que no mienta tanto: los candidatos no los ha impuesto “la dirección” de EUPV, sino la mayoría de sus militantes. También miente al decir que EUPV es “únicamente el PC”, sic. Servidor, candidato al Senado, no es del PC.

* José Luis Pitarch es candidato por Valencia al Senado