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¡Qué error!

miércoles 16 de enero de 2008, 18:36h
Prescindir de Gallardón en las listas es un colosal error de Rajoy. Pero, también lo sería del alcalde si después de amenazar no hace nada. El derrotado, como se describe a si mismo, tiene que tomar una decisión el nueve de marzo para hacerle llegar a su partido que no se puede humillar a quien ha sacado mayoría absoluta tras mayoría absoluta.

A estas horas, Alberto Ruiz Gallardón no tiene claro su futuro; debe, de aquí al día nueve,  deshojar la margarita. No es cierto que la decisión de dejar la alcaldía sea firme y que, por una última lealtad a un partido que tan mal le ha tratado, decida callar hasta el día de las elecciones. No, no sabe que hacer. Además, si el día 9 hay un batacazo, pueden cambiar muchas cosas en el PP. Ambicioso como es, ha sido derrotado pero todavía no ha perdido la guerra. Por mucho que Zaplana, que ayer había recobrado la sonrisa, asegure que su nombre en las listas no habría reportado votos al PP porque gusta a la izquierda que no vota Partido Popular.

Lo que no dice Zaplana es que su "expulsión", por el órdago de Aguirre, puede apartar de la papeleta de los populares a votantes de centro; gente que no basa en la ideología su voto, pero que no guarda muy buen recuerdo de la chulería de los gobiernos de Aznar, y que había creído en el giro al centro de Rajoy.

Esos votantes de centro, que dieron su papeleta a Gallardón en las municipales porque el candidato del PSOE, Miguel Sebastián, no daba la talla, y que ahora ven espantados que Ana Botella de Aznar puede ser la nueva alcaldesa de Madrid.

Si se confirma, además, que Manuel Pizarro, la brillante incorporación a la lista, no se va a ocupar de la Economía, sino de Justicia e Interior, la larga mano del sector duro y aznarista del partido será más que evidente para los electores. Otro error.

Y, por último, sabiendo como sabemos que Rajoy ya le había confirmado a Gallardón que iría con él en la candidatura de Madrid, eso sí sin precisarle en que puesto; demuestra la falta de coraje para aguantar los envites de Esperanza Aguirre y que el liderazgo del candidato, a presidir el Gobierno, es pura apariencia. Que en el PP siguen mandando los mismos, los Acebes y Zaplana.

Para la gente de la derecha esta falta de mando, de capacidad de dar un puñetazo en la mesa, es un grave demérito. Las vísperas electorales son el peor momento para abrir al público las crisis internas de un partido y la falta de liderazgo. Otro error.
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