La moderación

Chávez anuncia una "moderación" en el ritmo del proceso bolivariano. Aclara también que ello de ninguna manera implicaría una concesión ideológica. Es decir, las circunstancias abiertamente desfavorables para el régimen después de la derrota sufrida en el referéndum sobre el proyecto de reforma de la Constitución del 2 de diciembre obligan a un paréntesis, a un momento de sosiego.

Al mismo tiempo, se reestructura un gabinete con dos figuras clave: Ramón Rodríguez Chacín en el ministerio del Interior y Justicia, y Haiman El Troudi en Cordiplan.

El primero ya ejerció el cargo hasta los días tumultuosos de abril de 2002 y fue el comisionado venezolano, dados sus contactos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, en la fallida y costosa Operación Emmanuel para el rescate de tres rehenes de la guerrilla.

El segundo anuncia un modelo de planificación no centralista y basado en los consejos comunales, retomando el contenido de la constitución rechazada por la mayoría en diciembre y que convertía al poder popular en la columna vertebral de la revolución.

¿Caben dudas sobre la gestión de ambos? ¿Es previsible una rectificación sustancial de lo que han sido durante nueve años las líneas fundamentales del régimen? Es evidente que ahora se trata, como en los meses que antecedieron al revocatorio presidencial de 2004, con la promoción de las "misiones", de tomar oxígeno con promesas dirigidas a los sectores menos favorecidos con fines electorales. En este caso, además, para sobrellevar un cuadro de severas dificultades.

La cosecha de derrotas no ha cesado para Chávez.

En el plano internacional, el presidente de Bolivia, Evo Morales, levanta la bandera blanca del diálogo ante una oposición creciente y enfurecida y la transición cubana apunta en una dirección contraria a los deseos del gobernante; y en el orden interno, el desbordamiento inflacionario, el auge imparable de la criminalidad, el incremento de las protestas populares y los síntomas de descomposición en el chavismo configuran un potencial cuadro de ingobernabilidad.

No obstante, para avanzar en sus objetivos ulteriores el presidente Hugo Chávez dispone todavía de recursos y fortalezas. Como lo ha venido haciendo hasta ahora, insistirá en imponer por otras vías los artículos de su frustrada propuesta. También se dan condiciones que favorecen a la oposición más consecuente para activar con posibilidades de éxito una vigorosa movilización popular sin exclusiones.

Manuel Felipe Sierra
Periodista y Analista
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