Asimismo, desde Texas, Bush indicó que la muerte de Hussein marca "el final de un año difícil para la población iraquí y para las tropas de Estados Unidos", pero advirtió que su ejecución no detendrá la violencia en Irak.
"Éste es un punto importante en el intento de construir una democracia en Irak, para que el país pueda gobernarse, sostenerse y defenderse, y ser un aliado en la guerra contra el terror", agregó.