Lo cierto es que el euro se ha apreciado un 5% desde la reunión del BCE en diciembre. Por ello es de esperar que, junto con su satisfacción sobre el rumbo de la economía de la zona euro, reiterar que las próximas decisiones estarán condicionadas por la evolución de la inflación y que continuará con los estímulos el tiempo que sea necesario, alerte sobre la fortaleza del euro.
No se espera ninguna decisión en materia de política monetaria. Previsiblemente, Draghi será muy cauteloso en su mensaje, después de que en las últimas semanas el mercado se “sobresaltase” ante las especulaciones que apuntaban a una salida más rápida de lo previsto del programa de compra de activos.
Por ello, será importante ver si se confirma lo dicho en octubre- cuando se redujeron a la mitad las compras pero se amplió su plazo nueve meses más- de que no habrá un final repentino del QE. El BCE viene vinculando su primer movimiento de subida de tipos con el final del programa de compras.
Si, tal y como apuntaban las actas de la última reunión, la política de comunicación del BCE va a cambiar, es posible que hoy el mensaje sobre la orientación futura de los tipos de interés sea más claro. Por el momento, la inflación está tan alejada del objetivo del BCE que es muy prematuro que se plantee cualquier movimiento en los tipos de interés.