El mes de mayo se estrenó en Madrid con dieciséis detenidos y 46 heridos leves, tras una batalla campal en las calles de Malasaña entre jóvenes y policía. Al día siguiente, la situación volvió a repetirse.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 1 de mayo, cuando algunos individuos intentaron impedir el acceso del Samur a la plaza del Dos de Mayo para socorrer a un herido. Con la llegada de la policía comenzaron los disturbios.
Botellas, piedras y cascotes recibieron a los agentes de policía y los enfrentamientos se trasladaron a las calles vecinas de la Palma, Hortaleza y Barceló. Más de cincuenta vehículos policiales y un dispositivo de más de cien agentes impidieron el acceso a la zona de vehículos y viandantes. Los bomberos, entre otras actuaciones, tuvieron que sofocar el fuego de cuatro contenedores.
A las once de la mañana, los agentes continuaban tomando declaración a testigos y detenidos para esclarecer las causas de la pelea. Según aseguraron más tarde los vecinos, al principio los agentes trataban de impedir que un grupo de jóvenes celebrara un botellón en la plaza del Dos de Mayo. Ante la polémica generada por la actuación de los agentes, el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, salió en su defensa asegurando que reaccionaron “ante un ataque completamente injustificado”.
La noche siguiente, los hechos volvieron a repetirse. Dos coches y dos motos quemadas, treinta contenedores de vidrio y de papel dañados y/o volcados en la vía pública fueron el saldo de desperfectos tras los incidentes. A este balance, facilitado a por Emergencias Madrid, hubo que sumar también quince cubos grandes de basura y cinco cabinas de teléfono dañadas, quemadas y/o arrancadas de cuajo.
La polémica continuó durante los actos de conmemoración del Dos de Mayo, día de la Comunidad de Madrid. El candidato socialista a la presidencia regional, Rafael Simancas, achacó los disturbios a un problema de orden público y a una “falta de alternativas de ocio saludable para los jóvenes”; la delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre, apuntó al consumo de alcohol como origen del problema, y el Partido Socialista exigió una reunión del Consejo de Seguridad Local para pedir explicaciones a Ruiz-Gallardón.
Los candidatos a la alcaldía de PSOE e IU, en plena recta final de la campaña electoral, reaccionaron con críticas al Consistorio: mientras Miguel Sebastián (PSOE) achacó los hechos al “fracaso de la ley antibotellón”, Ángel Pérez (IU) acusó al alcalde de intentar “deslumbrar al electorado con un desembarco de policía” en el barrio de Malasaña.
Aunque la policía instaló en la zona un amplio dispositivo policias las noches siguientes para prevenir que se produjeran más disturbios, no fue así en la madrugada del día 3, ni en todo el fin de semana, cuando algunos temían que los incidentes volvieran a producirse. Así, el puente de mayo terminó sin que se registraran más sucesos reseñables en la zona.