Nacho Murgui fue elegido el 23 de mayo como nuevo presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) en medio de la polémica surgida alrededor de su antecesor, Francisco Caño, quien dimitió "por motivos personales". Sin embargo, algunos miembros de la junta directiva y la asociación de Carabanchel Alto aseguraron que la causa fue el descontento surgido en la federación por su relación con el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
Murgui, madrileño de 35 años y mediador vecinal de profesión, era vocal de la junta directiva de la FRAVM y lleva desde los 15 años vinculado a las asociaciones de vecinos, concretamente al colectivo Los Pinos del distrito de Retiro. El nuevo presidente de la FRAVM explicó que su objetivo sería "rejuvenecer" los colectivos vecinales y "profundizar en el trabajo de base, desde las asociaciones de vecinos y los colectivos de los barrios".
El nuevo presidente de la FRAVM estuvo acompañado durante su presentación a la prensa por su antecesor en el cargo, Francisco Caño, quien apoyó la elección del nuevo presidente. Precisamente, fue la dimisión de éste el hecho que propició que se adelantase la elección de un nuevo responsable, entre los 20 miembros que componen la Junta Directiva de la federación.
Aunque Caño aseguró que su dimisión se debía a motivos personales, coincidió con las críticas de la asociación de Carabanchel Alto. Su portavoz, Pedro Casas, aseguró que había muchas asociaciones descontentas con la gestión de Caño y especialmente por el acuerdo que había firmado con Gallardón, alcalde y candidato por segunda vez.
En su opinión, este acuerdo no tiene sentido, "porque avala buena parte de la política realizada durante estos cuatro años por el Gobierno del Partido Popular, cuando hay muchas cosas que no han cumplido".
El sector crítico, que según Casas incluye las asociaciones de Latina, Usera, Villaverde, Vicálvaro y Vallecas, opina que la gestión de la dirección de la FRAVM no tiene en cuenta lo suficiente a las asociaciones. "Recogieron las propuestas de cada asociación, pero luego las negociaron a la baja con Gallardón y no nos presentaron el documento final, cuando pudieron hacerlo en la Asamblea de hace dos semanas". Por eso, pidieron una Asamblea Extraordinaria donde se debatan estos temas.
Fuentes de la junta directiva de la FRAVM explicaron que la salida de Caño se debió a presiones a la propia Junta debido a su "estrecha relación" con el actual alcalde y candidato del PP a la reelección, Alberto Ruiz-Gallardón, junto a quien se le vió en "polémicas" inauguraciones que la propia FRAVM no veía con buenos ojos.
Por su parte, Caño negó que su dimisión se hubiese producido por desavenencias con algunas asociaciones miembros de la FRAVM. "Mi mandato expira el próximo mes de diciembre, pero no he sabido calcular las fuerzas para responder a los compromisos que comporta el cargo", dijo.
La federación antes de eligir a su nuevo presidente argumentó que se firman acuerdos con todos los candidatos y no comprometen la independencia de la FRAVM, puesto que son compromisos unilaterales de los candidatos.
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