Ya son seis los fondos del sector inmobiliario en el Reino Unido que han suspendido sus actividades. Los tres últimos lo hacían ayer después de “presiones excepcionales de liquidez” derivadas de las retiradas de dinero. Antes del referéndum del 23 de junio, las inmobiliarias y las entidades financieras figuraban como los valores más castigados en la Bolsa de Londres. Ahora, tras el Brexit, esta penalización se ha acentuado. Un volumen elevado de peticiones de reembolso por parte de los inversores es un serio problema para cualquier fondo, pero para los fondos inmobiliarios es mayor si cabe, teniendo en cuenta que sus inversiones son en activos pocos líquidos, difíciles de vender de manera rápida. Lo que se está poniendo de manifiesto es que algunos de los efectos del Brexit están siendo inmediatos, aunque su impacto, en general, aún es prematuro estimar. Lo apuntaba ayer el Gobernador del Banco de España, al señalar que “es obvio que el resultado del referéndum (...) ha supuesto un serio incidente (...) con consecuencias todavía difíciles de evaluar en el medio y largo plazo pero que, en todo caso, obliga a todos, agentes económicos, ciudadanos y gobiernos a una reflexión sobre el futuro de la Unión Europea y su gobierno". En la Reserva Federal se considera que los mercados financieros mundiales están preparados para el impacto del Brexit y alguno de sus gobernadores ya va anticipando a los mercados que no son necesarias subidas de tipos hasta que haya pruebas convincentes de que la inflación está avanzando de forma sostenida.