Va finalizando la semana y los mercados tienen ya toda la atención puesta en la publicación del informe del empleo en Estados Unidos que se conocerá mañana. Su lectura en clave de próxima actuación de la Reserva Federal hace que los datos que se publican en los días previos adquieran una especial relevancia y en muchas ocasiones actúen como indicadores adelantados. Sin embargo, en esta ocasión el carácter mixto de los que ayer se conocían da pocas pistas al respecto. Los nuevos pedidos de bienes a fábricas aumentaron más de lo previsto en marzo, mientras que los envíos e inventarios se elevaron tras ocho meses consecutivos de caídas. Por su parte, el Instituto de Gerencia y Abastecimiento publicó que su índice del sector de servicios subió 1,2 puntos porcentuales, en abril hasta 55,7. Una lectura de 50 indica expansión en el sector de servicios, que representa más de dos tercios de la economía de Estados Unidos. La medición del empleo en el sector se elevó a 53,0 el mes pasado desde una lectura de 50,3 en marzo. Sin embargo, estos buenos datos que podrían alentar las expectativas de que el crecimiento repuntará tras casi estancarse en el primer trimestre, se vieron empañados por otros publicados que mostraron que los empleadores privados contrataron en abril el menor número de trabajadores en tres años. Según el informe de ADP, las nóminas privadas aumentaron en 156.000 el mes pasado, el menor avance desde abril de 2013, tras subir en 194.000 en marzo.