Ayer la Comisión Europea publicó sus previsiones económicas de primavera en las que señala que el crecimiento de la zona euro se ralentizará más de lo inicialmente previsto y que la inflación se mantendrá en niveles muy bajos. Al igual que desde otras instituciones como el BCE o la Reserva Federal norteamericana, la Comisión señala que el crecimiento en la zona euro se ve amenazado por "riesgos externos" como la desaceleración de China y por factores internos como el “Brexit”, y por ello rebaja las estimaciones de PIB de la zona euro al 1,6% y 1,7% en 2016 y 2017 respectivamente, una décima menos que en las últimas estimaciones del mes de febrero. Con respecto a la inflación, espera que los precios al consumidor se incrementen menos de lo anteriormente previsto, y estima una tasa inflación del 0,2% para este año, tres décimas menos que en febrero. Aunque esta estimación supone una mejora con respecto al 0% de inflación registrado en 2015, está muy lejos del objetivo del 2% del BCE. Para 2017 la Comisión estima que la inflación se situará en niveles del 1,4%. Para las principales economías de la eurozona como Alemania estima que el PIB crezca un 1,6% tanto en 2016 como en 2017, frente al 1.8% y 1,7% previsto en febrero. Para España rebajó en dos décimas, hasta el 2,6% el crecimiento del PIB para 2016. En cuanto al déficit, no espera que España logre situar su déficit público por debajo del 3% del PIB ni este año ni el siguiente, y estima que tras situarse en el 5,1% en 2015, se reducirá en 2016 hasta el 3,9% y al 3,1% en 2017. En este entorno las miradas se vuelven nuevamente hacia el BCE.