En el aspecto deportivo, el SilverStorm El Salvador se ha impuesto en el duelo vallisoletano al VRAC Quesos Entrepinares por un 13 a 9. El equipo dirigido por Juan Carlos Pérez, inauguró el luminoso con los tres primeros puntos y terminó la primera parte superado por los 'queseros' tras anotar éstos seis puntos.
En la segunda, sin embargo, la defensa de El Salvador y los problemas del VRAC en las touche inclinaron la balanza en favor de los 'chamizos', que llevan a sus vitrinas su séptima Copa del Rey e incrementan su diferencia con los 'queseros' en esta competición donde el equipo que dirige Diego Merino acumula cuatro entorchados y que partía a priori como gran favorito.
Minutos antes de la entrega de la copa y las medallas, los integrantes de El Salvador han hecho piña en el centro del campo al grito de "y va a seguir y va a seguir la dictadura del chami", en lo que no es sino el preludio de la fiesta que ambos clubes han protagonizado después en la 'fan zone' dispuesta desde primeras horas de la mañana en los aledaños del estadio y en los que se han dado cita a lo largo de la jornada sus seguidores.
Con carácter previo al pitido inicial, todo el estadio ha guardado un minuto de respetuoso silencio por las siete personas fallecidas tras el derrumbe del edificio número 12 de la calle Amalia Alayón, en la localidad tinerfeña de Los Cristianos.
La final, disputada en el José de Zorrilla de Valladolid, quedó marcada por la lluvia y por la derrota de un VRAC que había sido dominador de la competición durante la última década. Con la victoria del SilverStorm El Salvador, se rompe la hegemonía y se postulan como una alternativa factible a los queseros.
En lo deportivo, el enfrentamiento destacó por la intención de ambas escuadras de no cometer errores, cobrando gran protagonismo los pateadores. Sam Katz y Gareth Griffiths dominaron una primera mitad que acabó 3-6, a favor del VRAC, gracias a los dos golpes convertidos por Griffiths.
En la segunda mitad, El Salvador aumentó su agresividad y su rendimiento defensivo, haciéndose dueño del partido y remontando el marcador. Un ensayo de Alberto Díaz, al borde de la hora de juego, y la posterior conversión Katz, encarriló la victoria de los chamizos. En los minutos finales, Griffiths volvió a anotar, recortando diferencias y dejando el 13-9 con el que se llegó al final.