Tras la última reunión de la Reserva Federal los mercados muestran cierta fatiga. Es cierto que ayer, con los mercados europeos en festivo por la Pascua, los volúmenes de negociación eran bajos, pero parecen desorientados mientras buscan un nuevo catalizador hasta el siguiente encuentro de la Fed. Mientras tanto, el pulso entre los datos económicos y la opinión de los inversores sobre lo que va a hacer la institución monetaria estadounidense va a ser el que irá moviendo los mercados. Por el momento, en estos últimos días los datos económicos no dan muchas pistas, y las pocas que dan no van en la orientación de una mayor flexibilización monetaria en breve. Por un lado, recientes datos positivos en Estados Unidos, incluida la revisión del crecimiento del PIB del cuarto trimestre a una tasa anualizada de 1,4% frente al 1,0% anunciado anteriormente, podría animar a la Fed a subir los tipos de interés antes de lo esperado. Sin embargo, otros datos conocidos ayer mostraron un retroceso en la inflación -el índice de precios basado en el gasto del consumidor cayó un 0,1% tras subir 0,1% en enero- y una revisión a la baja en el gasto de los consumidores, lo que sugiere que la Reserva Federal podría tomarse su tiempo para seguir subiendo gradualmente los tipos de interés este año, a pesar de la mejora en el mercado laboral.